Repensar la Historia
Hace casi doscientos años se iniciaban las luchas hacia la Independencia de América Latina. El camino no ha sido fácil.
Nuestros destinos han estado entrelazados como en un laberinto, con atajos que nos han llevado a veces hacia callejones sin salida debido a complejos juegos de rivalidades y tensiones y hasta enfrentamientos fratricidas entre las jóvenes repúblicas, alentados en más de una ocasión por los intereses de las grandes potencias extrarregionales. Otras veces en cambio, ha habido propuestas de acercamiento, alianzas e incluso integración.
En efecto, nuestro continente es y ha sido un campo de batalla tironeado por la acción del gran vecino del norte y su Destino Manifiesto, por los más tradicionales lazos que nos vinculan con la “vieja Europa” o bien hemos caído bajo los efectos más dramáticos de la Guerra Fría y de la Doctrina de la Seguridad Nacional. Tras la caída del Muro de Berlín y la disolución soviética, viejos y nuevos actores se han sumado a esta pelea por áreas de influencia: la Unión Europea con España y Alemania a la cabeza, Estados Unidos y Canadá, la Federación de Rusia, Japón, China, India, Paquistán u otros países de la Cuenca del Pacífico.
Sin embargo conviene recordar que también Nuestra Historia ha estado sembrada de voces propias y de propuestas originales. Algunos de estos proyectos integristas han sido vislumbrados más como utopías que como alternativas viables. Es momento de retomarlos y debatirlos a la luz de los desafíos presentes pues seguramente vamos encontrar que muchas de las observaciones que hicieron los luchadores por la Independencia aún tienen, lamentablemente, extraordinaria vigencia.
En tal sentido Ariadna Tucma, Revista Latinoamericana propone reforzar la difusión de documentos y trabajos dedicados al análisis de la Historia Latinoamericana en general y, en particular, del período de las guerras de la Independencia Latinoamericana.
Asimismo, dado que en la Argentina se está discutiendo el perfil de una nueva Ley de Educación, es importante no caer en el facilismo de quitar aún más materias de la Curricula de los colegios de nivel secundario, sino por el contrario proponemos ampliar la enseñanza de las Historia Argentina en el marco de la Historia de América Latina sin desconocer la Historia Universal.
Paralelamente convocamos a ampliar también esta presencia en el nivel terciario y universitario de un modo más extendido. Creemos que nuestros profesionales y artistas deben tener una mejor formación e información de nuestro pasado y de los obstáculos y nuevos desafíos de nuestro presente. Aquellos países que lograron un mejor desarrollo económico de sus sociedades con elevación del nivel de vida han tenido por lo general un Estado activo, preocupado por mejorar el nivel educativo de la población.
Retomar nuestro pasado desde un pensamiento crítico nos permitirá tomar distancia de las urgencias de la coyuntura y no caer en la tentación de la economía de mercado más extrema que pone la educación, la investigación y la tecnología en exclusivo servicio de las empresas. Una parte de los recursos de investigación en todas las áreas de la ciencias deben ser destinados a proyectos que no necesariamente generarán rápidamente divisas.
Es en ese marco que nos oponemos a la argumentación de la enseñanza de las Ciencias Sociales en general y de la Historia en particular debe “achicarse” a la mínima expresión a los fines de orientar los recursos de manera eficientista. La desaparición de la enseñanza de la Historia y sobre todo de la Historia Argentina y la Historia de América agrava la pérdida de la identidad nacional, la capacidad de libre determinación de una gran parte de la población y profundiza las distancias materiales entre los distintos sectores de la sociedad.
Diciembre de 2006
Ariadna Tucma Revista Latinoamericana. Vol. 1 a 4. 2006-2009
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