Los sueños de Berni

Recordando a Antonio Berni (1905, 1981)

Carolina Crisorio

Juanito ciruja 1978

Juanito ciruja. 1978

Antonio Berni nació en 1905 en la provincia argentina de Santa Fe. Venerado – incluso criticado-  Berni ha dejado una herencia única en la plástica argentina y latinoamericana.

 

Conmovido por las ricas corrientes de las artes plásticas internacionales de los muralistas de la Revolución Mexicana como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros o José Clemente Orozco, como también de otros movimientos artísticos de la época. Su «nuevo realismo» floreció luego del golpe de Estado encabezado por el gral José Félix Uriburu.

 

“Para Berni el surrealismo significaba “toda una visión nueva del arte y del mundo; era la corriente que representaba a toda una juventud (…). Era un movimiento dinámico y realmente representativo”.”
“Dentro de surrealismo, Berni opta por la posición sustentada por Louis Aragón, que enjuiciaba el surrealismo “ortodoxo y apolítico” y defendía el compromiso del arte con la política, “con la revolución y las luchas de liberación de los pueblos.” (1)

La siesta y su sueno

La siesta y su sueño. 1932.

La «mano dura» sirvió para aplicar políticas económicas regresivas, haciendo pagar a las grandes masas de trabajadores el costo de la crisis de 1929/30.

 

“La importancia y el atractivo conceptual del grabado se afirmó en Berni en los treinta y sobre todo durante su período en Rosario. Fueron los años del rechazo de Desocupación [“Desocupados”] por el jurado del Salón Nacional de Bellas Artes, de la práctica conjunta con Siqueiros y el equipo polígrafo, de la amistad con Spilimbergo, de la creación de la Escuela Taller de la Mutualidad Popular de Rosario, de las obras colectivas con Piccoli, de la utilización anómica y mecánica del soplete y la piroxilina  La crítica hablaba de sus obras utilizando el neologismo despectivo de “neomexicanismo siqueriano” y Berni escribía en Nueva Revista su artículo “Siqueiros y el arte de masas” fijando su posición con respecto a las proclamas del murallismo mexicano y al desarrollo local de la pintura de caballete. En este texto, publicado en 1935, Berni cita expresamente el grabado entre las expresiones posibles del arte proletario en el régimen capitalista, entre los medios factibles de ser uti8lizado individual o colectivamente, ofrecido por las clases trabajadoras o posibilitado por las contradicciones de la burguesía. La carga ideológica del grabado como técnica artística, seriada, artesanal, barata y, sobre todo múltiple y expansiva en su capacidad misma de reproducción y circulación, son elementos esenciales en la consideración de la posterior carrera del Berni grabador. En este punto no pude soslayarse además la presencia histórica del Grupo de los Artistas del Pueblo (Arato, Vigo, Bellocq, Riganelli, Facio Hebecquer) que en la década anterior sostuvieron especialmente el valor del grabado como experiencia estética  política, y la cercanía de Spilimbergo siempre interesado en el arte gráfico.” (2)
Desocupados 1934
Desocupados. 1934.

 

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La muerte acecha en cada esquina. 1932.


Las carencias y dura vida de ejércitos de desocupados fueron reflejados en “Desocupados” y “Manifestación” (1934), “Chacareros” (1935) y “Medianoche en el mundo” (aprox. 1937/8).

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Chacareros. 1934.

 

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La mujer del sweater rojo. 1935.

Berni desplegó un universo único e irrepetible que en buena medida se ha perdido. Recolectaba materiales descartables que se reencarnaban en esculturas de dinosaurios y otros animales reales o míticos.

 

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De la mano de mi madre recorrí cada muestra que armaba en Buenos Aires. Decir «impactante» no alcanza para expresar los mundos paralelos que se abrían. Además de su mundo mitológico, conocí a la miserable vida de Ramona Montiel, «La» prostituta, su casucha, sus portaligas y sus puntillas. También me enamoré para siempre de Juanito Laguna, de sus lágrimas frente a la inundación, de su trabajo en los basurales, de  sus juegos, pensamientos y deseos en la villa miseria (hoy «asentamientos precarios»).

 

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La siesta de Ramona y El examen.

Antonio Berni escarbó en aquellas vidas que se desarrollaban a las espaldas de la ciudad a veces escondidas por un muro. Sus personajes marginales fueron creciendo bajo la aplicación de políticas neoliberales a las que se les abrió sin pudor las puertas con la última dictadura argentina (1976-1983), y que triunfaron en la década de 1990 bajo la guía del Consenso de Washington.

 

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Carnaval y El sueño de Juanito.

La tragedia de Ramona Montiel y Juanito Laguna, sus inmortales personajes, hoy son explotados – y violentados una vez más – por la prensa amarilla, por quienes manejan los hilos de las clientelas políticas. Hay más Ramonas que desde la adolescencia, y aún antes, se prostituyen para sobrevivir. Hay más y más Juanitos que recorren con sus carros la ciudad, que duermen en las plazas, que cocinan sus cerebros con el terrible «paco» o bien con los vapores de cementos de contacto, esas drogas de los pobres.

 

Autor 3

Antonio Berni

Hace prácticamente tres décadas que el gran maestro nos  ha abandonado y su obra permanece con una extraordinaria actualidad. Hermoso – y penoso – espejo de Nuestra América.

Buenos Aires. Diciembre de 2010.

NOTAS

1) Cecilia Rabossi: “Antonio Berni: los periplos hacia la realidad” en MALBA: Berni y sus contemporáneo. Correlatos. Homenaje a los cien años de su nacimiento. Fundación Eduardo Constantini. Buenos Aires. Febrero 2005.
2) Marcelo E. Pacheco: “Antonio Berni. Obra gráfica” en MAMBA: Antonio Berni. Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Buenos Aires. 1999.

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Ariadna Tucma Revista Latinoamericana. 5. Marzo 2010-Febrero 2011. Suplemento


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