La gallina degollada y los pecados capitales. Teatro argentino

Análisis de “Maldita sea (la hora)” de Julio Chávez

Carolina Crisorio (Ver)

MalditaSeaLaHora-02

Foto: Carolina Crisorio

Una de las puestas teatrales más ácidas del 2003 fue la obra escrita y dirigida por el actor argentino Julio Chávez presentada en el Teatro Payró, en el microcentro porteño.

Entrar en el mundo de Julio Chávez es un viaje hacia lo peor de nosotros mismos. Podemos elegir reirnos para no perder el aliento, pero entre risa y risa Chávez nos pone un espejo en el que no queremos mirarnos.

Se destacan:

  • Los personajes logran una creación colectiva de un realismo desgarrador..
  • El sonido..
  • Los diálogos..
  • Lo que no se dice.

.

Análisis de la obra:

.



Maldita sea (la hora) nos coloca en un escenario que evoca el mundo subterráneo de Metrópolis[i], donde están los marginales, los desesperados, aunque, a diferencia de aquel mundo proletarizado de obreros sobreexplotados, su underground está poblado de desocupados y marginales  reducidos a un estrecho círculo familiar que gira alrededor de Sofía.

.

Presentada en primera instancia a través de los diálogos de sus hermanos y cuñado que permanecen unidos merced a la “debilidad” de su naturaleza, irónicamente, aquella  cuyo nombre implica sabiduría, ha resultado la hija deficiente, minusválida de la que nadie se quiere hacer cargo,  pero de la que todos están penosamente pendientes, y maltratan más que cuidan. Sofía se ha convertido en la moneda de cambio que sus dos hermanas, hermano y cuñado utilizan para ser mantenidos por la madre viuda: a cambio de casa y comida, la familia cuida a la tonta.

.

La madre nunca baja al sótano y sólo la escuchamos a través de los monitoreos de sonido que “desde abajo” realiza Mario Eduardo, su yerno. Su manejo de la familia, extorsivo y despreciativo ha transformado a la hija diferente en el único objeto de su atención, con todas las dudas que puede despertar esa particular relación. Como en los bronces chinos, la madre protege y devora, provee el sustento pero los mantiene en una relación asimétrica degrandante. Ni siquiera cultiva una verdadera relación con Sofía a la que busca exhibir como una curiosidad hermosa..

Dolores hermana mayor de Sofía, no en vano llamada así, lleva el principal peso del trabajo hogareño, donde el cuidado y limpieza de la hermanita idiota que se escapa y juega a ensuciarse, es una carga extra que la avinagra y los pocos visos de afecto que a veces se le escapan quedan sofocados en el resentimiento contra todo y contra todos, y sepultados por la ira, uno de los pecados capitales. Convertida en el arquetipo del ama de casa su horizonte es el miserable y estrecho círculo familiar. Esclava de Sofía, esclava de su marido Mario Eduardo, los hace objeto de un odi et amo que se trastoca en menosprecio hacia sus hermanos Gerardo y Violeta.

.

Mario Eduardo se planta frente a la familia como el “artista”. Este “bohemio” desocupado tiene reminiscencias de otros desocupados que ocuparon los escenarios porteños escapados de universos como los de Armando Discépolo o Roberto Cossa. Esta vez toma la etiqueta de luchador clasista, aunque su conducta podría colocarlo en el mismo escaparate de un pícado holgazán de comienzos de la Edad Moderna.

.

Mario Eduardo aparece por momentos altamente centrado en sí mismo y en sus necesidades como un niño de dos años, mantenido, atendido por una esposa que clama y reclama, pero que no deja de subordinarse a sus caprichos. Él es quien más vigila a su suegra “que vive en el mundo de arriba” a través de un intercomunidador que nos la trae sin que nunca la veamos. Su instinto de supervivencia lo ha empujado a restaurar un retrato de esa suegra para intentar agradarla, aunque todos consideran el gesto como inútil. Ni siquiera hay lugar para el argumento “es talentoso pero tiene mala suerte”: su conducta es la de un verdadero parásito.

.

Mario Eduardo juega su papel de macho deseado por todas las mujeres que se le ofrecen sólo para ser despreciadas.  Sin embargo, este personaje a pesar de portar los pecados de ira, pereza y soberbia, manifestados a través las contradicciones entre su conducta y su discurso ideologizado donde busca mostrarse como portador de las virtuosas caridad, templanza y generosidad, trastocadas en la contemporánea solidaridad, logra establecer una relación casi mágica con Sofía. Ella se siente atraída por él y es el único que puede frenar sus ataques de descontrol. En definita Mario Eduardo ocupa el lugar del padre/ marido y representa la ley, aunque, no abandona la ponderación edípica hacia su madre.

.

Los ataques de capricho e ira de Sofía, sin duda son el reflejo del matrato al que es sometida principalmente por Dolores y Violeta, aunque todo el grupo familiar la asume como un “problema”. Además, cuando uno está desprevenido y cree que nada se puede esperar del discurso “irracional” de Sofía, ella hace alarde de una sagacidad y capacidad de observación que radiografía, las debilidades familiares al tiempo que se regodea con  comentarios de una no tan ingenua ironía.

.

Violeta es el prototipo de la gula. Tiene hambre de comida, de sexo… pero también de fantasías. Violeta admira a Jessica Lange, hasta siente que se encarna en ella, hecho materialmente imposible en todos los aspectos.  Violeta es el prototipo de la cultura del “todo bien”, de los cuerpos esculpidos y el alma vacía, del carpe diem restringido al goce de un estricto materialismo narcicista. Pero toda ella es un gran fiasco porque no logra alcanzar ninguno de los paradigmas de belleza y éxitos propios de la yuppy “cultura globalizada”. De todos modos, si bien trata a Sofía con displicencia y por momentos la maltrata, aun tiene algunos momentos de calidez hacia la hermanita.

.

Gerardo, distante y pasivo es el intelectual impotente que analiza todo a su alrededor pero es incapaz de transformar su brillante discurso en una acción, y menos una acción constructiva. Comprende el maltrato al que está sometida Sofía, pero lo critica sin involucrarse casi en el cuidado de la hermanita o en sus relaciones con el resto de la familia. Así, a los siete pecados capitales que se cometen de manera individual Chávez agrega el octavo: la falta de compromiso y la impotencia que sólo podría compensarse trabajando por la reciprocidad y la solidaridad social.

.

El autor apunta contra la institución de la familia, atada por intereres mezquinos, la violencia, la envidia y la autodestrucción. Pero también Maldita sea (la hora) puede verse como una metáfora de la Argentina de fines del siglo XX, donde el padre ha muerto. Podría pensarse que este ausente es una referencia a la desaparición del rol de un Estado activo, responsable de la educación, la salud y la vivienda. Es una sociedad en descomposición que supuestamente cuida pero en realidad abandona, aparentemente protege pero desata violencia y desamparo hacia los más débiles.

.

La madre podría ser vista como la encarnación de lo que queda de este Estado-nación, que simula interés por su hija boba, pero que en realidad desatediende a todos sus hijos. Además siente especial desprecio por Gerardo que de alguna manera es el intelectual, el inteligente, el estudioso… Ella llega a gritarle a Antonia, la mucama frases del estilo: “¡Te dije que no quiero ver a ese tarado!” “¡No lo dejés pasar!”. La actitud de la madre demuestra que ha sido inútil la mimetización de Gerardo que se había cambiado el peinado y la vestimenta, ni siquiera con su look aburguesado es digerible.

.

Pero Maldita sea (la hora), además de indagar sobre los pecados capitales  tiene otros puntos de contacto con Metrópolis. En ese film, María es la dulce e inocente hija de un obrero de quien un perverso científico se enamora. Éste crea una María robot, que quiere destruir el orden constituido e inundar la ciudad subterránea, ahogando a los niños y poniendo en peligro el futuro. Para lograr su objetivo destructivo, la robot baila una danza al estilo de la mítica Salomé para atraer a la multitud. La verdadera María logra finalmente salvar a los trabajadores y junto con el hijo del dueño de la fábrica preanuncian la alianza de clases  que en el mundo de la segunda posguerra tomará la forma de la economía mixta, y del Estado de bienestar. En Maldita sea (la hora), Sofía concentra en sí misma la doble cualidad de las dos Marías. Por un lado tiene la inocencia que le provee su discapacidad, y por el otro, la propia discapacidad la transforma en un arma destructiva. Ella, al igual que la robot María, se desnudará frente a todos, pero su desnudo no es ni sensual ni erótico. Su desnudez, si bien conmociona a todos, tiende a causar rechazo. Por otra parte, lo sexual está presente en su deseo continuo a masturbarse. Cuando se habla alrededor del sexo, salvo Violeta, se habla del mismo sin erotismo.

.

Para el autor, la familia nuclear, disfuncional, no podrá sobrevivir minada por el credo consumista, en un mundo sumergido sin horizonte ni esperanza. Pero tampoco el “mundo de arriba” ofrece alternativas. No hay un final optimista de contención del conflicto social y de alianza de clases. El autor, sin nombrarlo, dispara sobre las consecuencias disociadoras del neoliberalismo reinante en la Argentina de fines del siglo XX.  Su pesimismo realista es agresivamente antiesteticista, apunta sobre nuestro pasado reciente, sobre nuestras conductas cotidianas, sobre nuestra hipocrecía y nos horada las defensas y las autojustificaciones. Su escepticismo aparece vestido con un diálogo brillante no exento de un humor negro, ácido e irónico, con el que en un principio buscamos protegernos,  para rematarnos con un inesperado final al estilo de La gallina degollada de Horacio Quiroga.

..

FICHA

.

Autor: Julio Chávez

Dirección: Julio Chávez

Elenco:

Dolores: Nora Bitar

Mario Eduardo: Leandro Castello

Violeta: Carolina Gaetmank

Sofía: María Laura Occhi

Gerardo: Ernesto L. Vacarezza

Voces en Off:

Elvira Villarino

Victoria Marroquín

Laura Spivak

Escenografía: Julio Chávez

Diseño de sonido: Gustavo Dvoskin

Diseño de luces: Gonzalo Córdoba

Vestuario: Cecilia Allassia

Prensa: Colombo-Paschkus

Asistente de escena: Hernán Húbeli

Asistente de dirección: Mercedes Scápola Morán

Operador de Sonido: Miguel Angel Rodríguez

Operador de luces: Pablo Tótolo

Jefa de sala: Fabiana Lusardi

Dirección del Teatro Payró:

Felisa Yeni

Diego Kogan

Marta Soriano

Cristian Stevenot

San Martin 766 – Ciudad Autónoma de Buenos Aires – Argentina*

.

Buenos Aires. 2004

.

NOTAS

[i] El director germano Fritz Lang realizó Metrópolis en 1927. Este film ha sido considerado como la primera producción de ciencia ficción, dentro de la corriente del expresionismo alemán, y como una temprana propuesta de alianza de clases, como salida a la lucha de clases.

* La obra se presenta en el Teatro del Pueblo, Avda. Roque Sáenz Peña 943. Ciudad Autónoma de Buenos Aires – Argentina.

.

Noviembre de 2010

.

Ariadna Tucma Revista Latinoamericana. Nº. 1 a 4. 2006-2009


Publicado por©www.ariadnatucma.com.ar

 

info@ariadnatucma.com.ar