La construcción del modelo económico social en la Argentina

INTRODUCCIÓN

Bernardo Levy y Graciela Volta

La casa de gobierno argentina a fines del siglo XIX. Coleccion Witcomb. http://www.coleccionwitcomb.educ.ar

Todo intento de periodización se apoya en supuestos nacidos de la subjetividad del historiador, no siempre es posible la coincidencia. Sin embargo, para la mayoría de los autores, 1880 resulta una fecha fundacional para la historia nacional: luego de décadas plagadas de conflictos, las presidencias históricas de Mitre (1862-1868), Sarmiento (1868-1874) y Avellaneda (1874-1880) habían logrado eliminar las amenazas internas y externas a la autoridad estatal.

La coyuntura o época se selecciona en virtud de los desarrollos económicos y políticos que permiten ver el proceso de consolidación del Estado Nacional hasta la crisis actual del mismo con la aparición del modelo neoliberal.

El primer período a analizar abarca la tarea de consolidar el Estado moderno y liberal capaz de garantizar la inserción de la Argentina en la economía mundial, liderada exitosamente por Gran Bretaña, desde 1880 hasta la Primera Guerra Mundial, crisis inesperada y (aunque no fue percibido así en su momento) final para este modelo que parecía perfecto.

El segundo período comienza en 1914 donde se abre una conflictiva etapa de reacomodamiento mundial que termina, a los fines de nuestro trabajo, en la mayor crisis económica del siglo: la de 1930.

El tercer período abarca la difícil etapa que se abre con la crisis del ’30 y de la cual surgirá, con la Segunda Guerra Mundial en 1945, un mundo que fue percibido por sus habitantes como radicalmente diferente del anterior.

El cuarto período se inicia entonces en esta segunda mitad de la década de 1940 con el Estado interventor triunfante en todo el mundo y concluye, a mediados de 1970, con el grave cuestionamiento generalizado de este modelo.

El quinto y último período comienza en nuestro país en 1976 y coincide con un avance a nivel mundial de un nuevo paradigma económico: el neoliberalismo, que no ha sido desplazado hasta la actualidad por otro modelo.

Esta división en períodos nos acerca a los acontecimientos, es decir al tiempo que Braudel describe como de corta duración.