Santo Domingo o La Española, una Isla, Dos Estados:

Las Primeras Independencias Caribeñas

Ángela Altagracia Fernández R*

Santo Domingo. Foto: Carolina Crisorio

 

La  República Dominicana y la Republica Haitiana que comparten la isla de Santo Domingo o La  Española, ubicada en las Antillas Mayores, fueron las dos primeras independencias caribeñas, que se registraron en el concierto de naciones independientes de Latinoamérica.

 

La primera en lograr su independencia fue Haití, en 1804, luego del estallido de la Revolución Haitiana iniciada, por los antiguos esclavos del Santo Domingo Francés, o Saint Domingue, de la parte occidental de la isla, siendo la segunda nación independiente en el continente americano, después de Estados Unidos y la primera nación negra en ser libre.

 

En  1844,  el Santo Domingo Español, de la parte oriental de la isla, hoy República Dominicana,  logra su independencia, luego de 22 años de ocupación por parte de los haitianos.

 

Cuando  la Revolución Francesa promulga la Carta de los Derechos del Hombre y del Ciudadano,  otorgándole por primera vez derechos civiles y sociales a la  humanidad, ya en el Caribe se estaban dando manifestaciones,  a pequeña y mediana escala,  de una colonia a otra, para exigir mejores condiciones de vida en las plantaciones azucareras y algodoneras, sometidas a la esclavitud de manera despiadada por las principales potencias coloniales europeas, a través de sus posesiones en el nuevo mundo, base económica de sus sistemas y principal fuente de acumulación originaria de capitales [1] para el desarrollo de sus imperios. La primera de estas manifestaciones fue escenificada  en el Santo Domingo español, en 1702 – hoy República Dominicana – luego en Santo Domingo francés – hoy  Haití – en 1724; en Saint Kitts y Nevis en 1725; en Antigua en 1728, otra vez en Haití, en 1730 ; en Saint John en 1733, de nuevo en Haití en 1737 y 1740, en Yare, Venezuela en 1747 [2], entre otros alzamientos.

 

Estas  manifestaciones  en el Caribe,  no se quedaron en simples protestas por mejores condiciones de vida en las plantaciones, sino que muchas de ellas pasaron a la acción violenta  en contra de los blancos, como fue el caso de Jamaica  en 1760, donde se dio un levantamiento tan poderoso que costó la vida de 60 blancos y más de 300 negros.[3] Estas  condiciones infrahumanas de igual modo afectaron a los nativos, quienes también se rebelaron en diferentes partes de centro América, como fueron los casos de  la Mosquita Hondureña en 1773 y el levantamiento de los Indios del Darién en 1778, encabezado por el Indio Bernardo Estola [4] para citarle tan solo  dos ejemplos.

 

 

Con la aparición de la Sociedad de Amigos de los Negros, creada en París en 1788, se iniciaron importantes debates y discusiones sobre la abolición de la esclavitud. Formada por un grupo heterogéneo movido por ideologías e intereses diferentes que pretendían llevar la esclavitud a su fin. Su acción en Francia,  por lo general iba detrás de los hechos, teniendo una fuerte influencia en los acontecimientos de la colonia. Su acción causó temor y recelo entre los propietarios de esclavos, ya  que alentaba las esperanzas de igualdad entre los mulatos y negros.

 

La Revolución Francesa al promulgar de los derechos sagrados e inalienable del hombre y del ciudadano,  como la libertad personal, la libertad de palabra, la libertad de conciencia, la seguridad y la resistencia a la opresión [5], se convirtió en  la gota que rebozó la copa de la indignación, la impotencia, la intolerancia y la discriminación que se había establecido en las principales plantaciones caribeñas, siendo el caso seleccionado para esta ponencia la colonia del Santo Domingo Francés,  hoy República de Haití donde los mulatos  ya habían alcanzado  derechos ciudadanos de acuerdo con el artículo 59 del Código Negro dictado en 1685 para regular la vida de los esclavos negros en las colonias francesas [6].

 

Pero estos derechos eran constantemente violentados por los principales dueños de las plantaciones, quienes entendían que se era demasiado benevolente con personas de segunda categoría.  Para ello hicieron aprobar leyes que limitaban el desarrollo de este grupo, como  la ley de 1758 prohibiéndoles portar armas de fuego. En 1767 se les prohibía venderles armas y municiones; en 1771 ocupar puestos en los tribunales o desempeñar cargos en la milicia.  Esta ley incluía también la prohibición de ser farmacéuticos o encargarse de los boticarios. En 1768 se les prohibió a la las mujeres mulatas casarse con hombres blancos [7], ya que estas uniones habían producido un segmento poblacional  a los cuales los grandes propietarios de haciendas,  blancos en su mayoría, les tenían sus recelos, por las riquezas que habían acumulado.

 

La Revolución Francesa  tuvo un fuerte impacto sobre la sociedad racista y esclavista de la colonia, ya que la igualdad entre los hombres proclamada por la misma no se aplicaba a los esclavos, pero tampoco a los mulatos ni a los negros libres. Las luchas internas se agudizaron ante la resistencia de los blancos por el avance económico de los mulatos. [8] Quienes eran el 5% de la población total, poseían el 30% de la tierra y riquezas de la colonia y eran propietarios del 25% de los esclavos. [9] Pero además era el 87% de la población total, que ascendían a 709,642 almas, de los cuales 509,642 eran adultos y 200,000 menores de edad u hombres mayores de 45 años [10], esta última edad en una plantación significaba ser anciano, ya que el promedio de vida útil del esclavo era  alrededor de 7 años. [11]

 

Si se toma  en consideración la composición de las clases sociales en la colonia de Saint Domingue en 1789,  cuando  esta  colonia estaba considerada como la más prospera del mundo, se puede afirmar que el trabajo del esclavo  fue el activo determinante para la acumulación de tantas riquezas.

 

En este sentido, no es difícil determinar la forma en que la burguesía francesa pudo acumular las riquezas que les permitieron desarrollar su capitalismo.  De acuerdo a lo planteado por Emilio Cordero Michel en su libro La Revolución Haitiana y Santo Domingo

«basta señalar que en el año 1789 las exportaciones francesas totalizaron 17 millones de libras esterlinas, de las cuales 11 millones estuvieron dedicadas al comercio colonial de Saint Domingue, si se establece una comparación con las exportaciones inglesas que se elevaron a 27 millones, pero de esta solamente 5 millones se destinaron al comercio de sus colonias».[12]

 

Para tener una aproximación al volumen de  riquezas de la colonia de Saint Domingue, vasta con citar algunos de los medios de producción: veamos, 792 ingenios azucareros; 3,150 añilerías, para la elaboración del índigo, 789 plantaciones de algodón, 69 plantaciones de cacao; 262,066 tareas de maíz; 378,219 tareas de batatas; 7, 756,225 matas de plátanos 1, 278,229 plantones de yuca, entre otros [13]

 

Esta explosiva combinación  de tantas riquezas y desigualdades sociales,  más la discriminación de los mulatos en el seno de la sociedad de Saint Domingue, era “especialmente peligrosa, porque ellos eran tan ricos, como el más rico de los blancos” [14] esta situación fue el detonante principal del estallido de las rebeliones de esclavos, que se agudizaron a partir de 1791, cuando los enfrentamientos entre negros y blancos convirtió la colonia en una prolongación del campo de batalla que libraban Francia,  Inglaterra y otras potencias en Europa. Ante la dificultad de Francia de reforzar a Sonthonax, quien se debatía con los ingleses en la parte occidental de la isla, éste decretó la abolición de la esclavitud, para lograr que  los principales jefes negros de la revolución haitiana, con Toussaint Louverture a la cabeza   que se encontraban en la parte oriental fueran ayudarle a combatir los británicos [15] y a los franceses para sacar adelante la colonia.

 

Con este  enfrentamiento se inicia el proceso revolucionario

“más complejo de los tiempos modernos, que durante un tiempo parecía ser una lucha social de apariencia racial, luego pasaría a ser  una guerra social, de esclavos contra amos, y a vez racial, porque los esclavos eran negros y los amos blancos y mulatos, una guerra en contra de la intervención, porque fue contra ingleses y españoles, una guerra de independencia, porque fue de haitianos en contra de los franceses”. [16]

 

Continúa analizando Juan Bosch,  no hay pruebas de que Carlos Marx haya estudiado la revolución haitiana, y, sin embargo toda la obra de Marx puede estudiarse aplicándole a cada una de sus conclusiones uno o varios ejemplos extraídos de esa revolución.

 

Así todo Marx puede ser analizado a la luz de la revolución haitiana y toda la revolución haitiana puede ser analizada a la luz de la obra de Marx.  En ese sentido, la revolución de Haití es un caso asombroso de revolución marxista iniciada veintiocho antes de que naciera Carlos Marx. [17]

 

En esta mismas líneas, Emilio Cordero Michel plantea también  que

“entre las ruinas de la colonia más rica del mundo y sobre un montón de cadáveres Dessalines, uno de los líderes de la contienda,  realizó la revolución social y política más espectacular del siglo XIX; aseguró la libertad de los negros, distribuyó tierras entre los campesinos por primera vez en América; restableció el orden en su país; proclamó la independencia y fundó la republica de Haití” [18]

 

Mientras tanto los orígenes de la independencia de República Dominicana, están profundamente enraizados en las luchas que se libraron en la isla desde el siglo XVII, cuando un rico mulato llamado Hernando de Montoro, considerado el primer dominicano que se levantó en contra de los intereses extranjeros, en la Rebelión de Guaba, cuando se ordenó devastar la banda norte [19], para terminar con el negocio del contrabando entre habitantes, bucaneros, piratas  y filibusteros. Este episodio sentó, las bases para la división de la isla en dos colonias. [20]

 

Como hemos citado en este mismo trabajo, durante el siglo XVIII se registraron aquí las primeras manifestaciones esclavas, de una cadena que se produjo en todo el Caribe.

 

Aún persisten  poblaciones dominicanas hoy día que se formaron con esclavos que  huían  del sistema esclavista de la colonia de Saint Domingue [21]. Tales son los casos de la barriada de San Lorenzo de los Negros Minas y la Sabana del Espíritu Santo de Santa Cruz de Villa Mella.

 

Para conocer un poco el espíritu de lucha por la independencia del pueblo dominicano,  veamos brevemente su historial de ocupaciones, cesiones, invasiones y arrebatos: en 1795 fue cedida a Francia mediante el tratado de Basilea.  En 1796 fue invadida por los ingleses.  En 1801 por Toussaint Louverture, quien abolió la esclavitud y unifica la isla.  En 1802, invadida por los franceses, quienes restablecen la esclavitud.  En 1805 por los haitianos nuevamente, en 1809 por los ingleses.   Otra vez,  recuperada  en ese mismo año y reincorporada a España [22].  En 1822 fue ocupada por los haitianos, quienes nuevamente abolieron la esclavitud y unifican la isla por segunda vez.  En 1861 fue anexada nueva vez a España. En 1916 se dio la primera ocupación norteamericana. En 1965 2da. Ocupación norteamericana.   Probablemente Santo Domingo haya sido la nación que sufrió más ocupaciones en el continente.

 

Los  vientos libertarios que soplaban en Latinoamérica  a principios del siglo XIX, también llegaron  a Santo Domingo, expresados en diferentes manifestaciones.  La primera de estas promovida por Ciriaco Ramírez  a la cabeza, acompañado de Cristóbal Húber y Salvador Félix, quienes iniciaron la guerra en contra de los franceses, derrotándolo primero en Malpaso y luego en Sabana mula.  Estas acciones levantaron el ánimo y la insurrección se extendió entre la pequeña burguesía tabaquera y burguesía mercantil simple cibaeña, portadoras de un débil sentimiento nacionalista e independentista [23] mientras este grupo actuaba de manera revolucionaria confiscando tierra y repartiéndola entre campesinos desposeídos, y planteándose  objetivos políticos, llamando a los pobladores sureños y cibaeños por primera vez “Pueblo Dominicano” y llamándolo a luchar por la patria [24], en una clara manifestación nacionalista.

 

Mientras esto sucedía Juan Sánchez Ramírez se encontraba en Puerto Rico solicitando ayuda al Gobernador español Toribio Montes para promover un movimiento armado de marcada tendencia  conservadora.  Sin embargo,  y a pesar de que ambos tenían propósitos muy diferentes, Ciriaco y su grupo se unieron a Sánchez Ramírez en una estrategia táctica, para enfrentar a un enemigo común, los franceses [25].  Esta unión quedó expresada en las llanuras del Seibo con la batalla  de la Sabana de Palo Hincado, donde los dominicanos con un ejército de 1,800 hombres; 1,200 infantes y 600 jinetes [26], derrotaron a los franceses y cerraron de una vez por todas, las aspiraciones  napoleónicas de unificar la isla restablecer la esclavitud en la hoy República de Haití y convertir la isla en la colonia más próspera del mundo y de aquí expandir su dominio a otras posesiones en América.   Esta guerra antifrancesa fue el producto de la movilización de la población dominicana, en rechazo a las implicaciones nacionales y clasistas de los franceses, fue un movimiento popular, que inició la participación política en el interior del país. [27]

 

Si bien es cierto que la colonia de Santo Domingo corrió la misma suerte que las demás colonias Latinoamericanas, exceptuando a la Argentina y al Paraguay que, si lograron separarse definitivamente [28], nosotros volvimos a ser reincorporados a España, después de que Juan Sánchez Ramírez diera una especie de golpe de estado contra los nacionalistas que estaban en desventajas, pero que planteaban una independencia de la colonia pura y simple, este grupo estaba compuestos por la pequeña burguesía sureña y cibaeña [29].  Sánchez Ramírez proclamó que la lucha se hacía a nombre de Fernando VII de España y fue apoyado por los sectores más atrasados de la colonia: latifundistas, clero católico, los grandes comerciantes importadores-exportadores y los sectores colonialistas [30]

 

A partir de esta fecha se inicia el período denominado “España Boba”, debido a la involución que en términos económicos y sociales represento para la colonia, como reflejo de lo que pasaba en España, no así en términos políticos, ya que la semilla independentista comenzaba a germinar en el seno de la población, provocando un despertar de la conciencia nacionalista,  según muestra este cuadro que le presentamos a continuación.

 

 

Movimientos por la Independencia y la Abolicion de la Esclavitud. 1810-1821 [31]

 

Año
Movimiento
Ubicación
Sector social
Líderes
Resultados
1810
Conspiración de Manuel del Monte (Independentista)
Santo Domingo
Clase media
Manuel del Monte
Descubierta.  Su líder juzgado y enviado a España, allí fue absuelto.  No delató a sus cómplices
1810
Conspiración de los italianos (independentistas)
Santo Domingo
Clase media
Capitán Pezzi, Ciriaco Ramírez, santiago Faleau
Descubierta por desertores Perozo y Mojica.  Líderes condenado a muerte
1811
Conspiración de don Fermín García (independentista)
Santo Domingo
Clase media
Fermín García Habanero con mucho tiempo en Santo Domingo.
Descubierta.  siete años en prisión Su líder duró
1812
Mov. Mendoza y Mojarra (abolicionista e Independencia)
Santo Domingo  parte oriental
Esclavos y
Libertos
José Leocadio y Pedro de Seda
Los conjurados fueron sometidos y condenados a pena de muerte
1813
Rebelión de Chavón
Región Oriental
Esclavos
Sometidos y condenados a muerte
1820
Movimiento Fronterizo
(Pro-haitiano e independentista)
Frontera Norte-Sur
Hateros, comerciantes, militares, esclavos
Charlie Arrieu, Andrés Amarante, Joaquín Olivares.
Aumentó el interés de los haitianos por la unificación de la isla

 

Ese despertar nacionalista se mantuvo vivo en la población, a pesar de las desacertadas medidas que implantó el gobernador Carlos Urrutia, quien con su gobierno autocrático logró contener el descontento en la población urbana, pero a medida que  avanzaban las tropas de Simón Bolívar, se producían actitudes de rechazo al dominio español [32], sobretodo después de la reinstauración de la Constitución Liberal de Cádiz en 1820.

 

José Núñez de Cáceres


Las ideas nacionalistas en este período serán tomadas nuevamente por José Núñez de Cáceres, el intelectual más destacado de la época, rector de la universidad y persona de probada solvencia moral, quien logró aglutinar alrededor de su movimiento, la casi totalidad de los integrantes de la Diputación Provincial, que era el gobierno de la colonia, de acuerdo a lo establecido por la Constitución Liberal de Cádiz [33].  Estableciendo en esos momentos y por primera vez la libertad de prensa y de imprenta, aparecen los primeros periódicos como El Telégrafo Constitucional de Santo Domingo y El Duende.

 

Fue evidente que estos órganos de comunicación contribuyeron  con la corriente ideológica del grupo que propugnaba por la separación de España y se creara el Estado de Santo Domingo Español, enfrentado al   grupo de los que apoyaban la unificación de la isla con Haití, liderado por los comerciantes sureños y cibaeños, con intereses en ambos lados.  Estos dos sectores se habían olvidado del principal problema que afectaba a la mayoría de la población, la esclavitud, tema abordado con gran pericia por Jean Pierre Boyer,  para concitar el apoyo de los sectores populares de los pueblos fronterizos.

 

El 21 de diciembre de 1821, José Núñez de Cáceres proclama la independencia del Haití Español, acción que se inscribía dentro del proceso que venía desarrollando en toda América, la espada de las independencias latinoamericanas, Simón Bolívar.

 

 

En el artículo 8 de la Constitución que sirvió de base al Estado Independiente establece que los derechos del hombre consisten en su libertad, igualdad, seguridad y propiedad. La libertad es la facultad de hacer todo aquello que no prohíbe la ley, o no ofende el derecho de terceros. [34] La contradicción de este artículo con la situación de esclavitud que vivían los sectores populares, fue el caldo de cultivo para que fermentara la idea de unificación de la isla el 9 de febrero de 1822, se inició la ocupación haitiana hasta 1844.

 

Si bien es cierto que este período se inicia con medidas de corte progresista, como lo fue abolir la esclavitud de manera definitiva, no es menos cierto que las ideas independentistas no desaparecieron de la psiquis colectiva de los dominicanos, puesta de manifiesta a raíz de la aplicación de la ley inmobiliaria de 1824, provocando el más importante de los movimientos en contra de la ocupación, agudizado por las pretensiones de los haitianos de querer desplazar al idioma castellano y la religión católica para imponer el idioma francés y la religión protestante, en una franca confrontación  cultural. [35]

 

Además de estas implicaciones hay que citar la aplicación del código rural y la imposición del pago de ciertas cuotas para cumplir con el compromiso contraído con Francia, que exigía 150 millones de francos para reconocer la independencia del pueblo haitiano,  los dominicanos se preguntaban  ¿Porqué tenemos que pagar esa independencia, si ellos nos quitan la nuestra? [36] Estos desaciertos de Boyer se unieron al desconocimiento de las mentalidades y los usos culturales en general que eran muy distintos entre Haití y Santo Domingo. El gobierno haitiano no mostró disposición a respetar las peculiaridades de los dominicanos percibiéndolos como un colectivo primitivo y carente de significación. [37]

 

 

Este estado de confrontación, unido a la ola represiva que desató el gobierno haitiano,   empujó a los dominicanos a la unificación de todos los sectores para trabajar sobre un objetivo común: La Independencia Nacional.

 

En este sentido, los grupos empezaron a nuclearse alrededor de una figura que liderara el entorno, tal fue el caso del joven Juan Pablo Duarte, quien después de viajar por los Estados Unidos y Europa logró enrolar a los jóvenes de la pequeña burguesía comercial urbana y sus familiares en la sociedad secreta La Trinitaria creada «para organizar la población en torno a la propagación de obras teatrales, pero en realidad era para llevar el mensaje de liberación.» [38] Pero en realidad La Trinitaria fue un partido político con claros objetivos estratégicos independentistas: la separación de Haití y la fundación de un Estado independiente con el nombre de República Dominicana, de acuerdo a lo planteado por Euclides Gutiérrez.[39]

 

Corriendo el año 1842 la crisis política que afectaba la república de Haití,  encabezada por el movimiento de la Reforma, encuentra apoyo en el movimiento de La Trinitaria de Santo Domingo, quienes perseguían el mismo fin: Derrocar al presidente Boyer que se había convertido en un dictador.  La  alianza entre trinitarios y reformistas permitió que el general Desgrotte presidiera el gobierno en Santo Domingo, creando la junta Popular de Santo Domingo, a Duarte le encargaron formar juntas similares, lo que le  proporcionó contacto con diferentes sectores y en diferentes lugares, donde podía explicarle lo del movimiento separatista, siendo el contacto mas importantes el de la ciudad del Seibo donde contactó a los hermanos Pedro y Ramón Santana, quienes mas tarde se convertirían en el brazo militar de la separación.[40]

 

Para el año de 1843, había que realizar elecciones  para la conformación de los Colegios Electorales que revisarían la constitución  de 1816, en estas elecciones los trinitarios ganaron en todas las comunidades dominicanas, lo que provocó recelos de las autoridades haitianas.  Este triunfo significó un distanciamiento entre los sectores de ambos lados, que anteriormente estaban unidos.  A partir de aquí los trinitarios  fueron perseguidos, vejados y encarcelados por los miembros de la junta popular, esta acción trajo como la persecución de los trinitarios,  y acentuó el sentimiento independentista en Santo Domingo, la firmeza de los trinitarios expresadas a través de proclamas, reuniones y de la formación de la Comisión de Salud Pública, una especie de organismo paralelo a la Junta Popular, hizo entender a las autoridades haitianas que la independencia dominicana era un hecho. [41] El 27 de febrero de 1844 los dominicanos proclamaron su independencia.  Pero el Presidente Hérard, que había estado ya en Santo Domingo, con un ejército para reprimir una conspiración, no acepto la independencia dominicana. [42]

 

Durante 14 años los dominicanos estuvieron en pie de guerra para consolidar su independencia.  Hubo grandes y sangrientas batallas, decisiva para la consolidación del Estado dominicano. El motivo que los ministros del gobierno haitiano exponían para justificar la guerra, era que sin la parte del Este, Haití no podría poner fin a la deuda con Francia.

 

Asunción, Paraguay 10-12 octubre, 2011

 

BIBLIOGRAFIA


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_______________ La Crisis de las Monarquías y su impacto en las antillas (1789-1823), Santo Domingo, Editora Búho,  2010, Revista Clío No.180,  Julio-Diciembre, 2010, Pág.59

 

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NOTAS

* Universidad Autónoma de Santo Domingo. República Dominicana.

«» * El presente trabajo ha sido presentado en el Congreso Internacional de la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC Internacional) «La formación de los Estados latinoamericanos y su papel en la historia del continente» realizado del 10 al 12 de octubre de 2011 en el Hotel Granados, Asunción, Paraguay, organizado por Repensar en la historia del Paraguay, Instituto de Estudios José Gaspar de Francia, Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe, Centro Cultural de la Cooperación “Floreal Gorini” (Argentina). Entidad Itaipú Binacional. Mesa: Independencia y formación estatal en América Latina y el Caribe a propósito del bicentenario. Su repercusión en el presente.

[1] Marx, Carlos, El Capitalismo, capítulo XXIV.

[2] Bosch, Juan De Cristóbal Colón a Fidel Castro: El Caribe Frontera Imperial, Editora Corripio, Santo Domingo, 1991, Pág. 352

[3] Bosch, Juan, op. Cit. Pág. 353

[4] Op. Cit.  Pág. 35

[5] A. Z. MANFRED.  Historia Universal, Tomo Primero, Editora de la UASD, Santo Domingo, 1988,  Pág. 320

[6] Moya Pons, Frank.  Historia del Caribe,  Editora Búho, Santo Domingo, 2008, Pág. 217

[7] Op.  Cit.   Pág. 218

[8] Frank Moya Pons.  Op. Cit.   Pág. 217

[9] Cordero Michel, Emilio.  La Revolución Haitiana y Santo Domingo, Editora Búho, Santo Domingo, 2000, Pág. 37

[10] Cordero Michel  E. Op. Cit. Pág. 41

[11] Frank Moya Pons.  Historia Colonial de Sto. Dgo.  Industrias Gráficas M. Pareja, Barcelona. España,   1974, Pág. 316

[12] Cordero Michel  Op. Cit.  Pág. 29

[13] Cordero M.  Op.  cit.  Pág. 24

[14] Bosch, Juan.  Op. Cit. Pág. 359

[15] Frank Moya Pons.  La Crisis de las Monarquías y su impacto en las antillas (1789-1823), Santo Domingo, Editora Búho,  2010, Revista Clío No.180,  Julio-Diciembre, 2010, Pág.59

[16] Bosch, Juan.  Op.  Cit.  Pág. 377

[17] Bosch, Juan.  Op.  cit.  Pág. 377

[18] Emilio Cordero Michel.  Op.  Cit.  Pág. 98

[19] Cassá Roberto.  Historia Social y Económica de Republica Dominicana Tomo I, Santo Domingo, Editora Alfa y Omega, 2006,  Pág. 204

[20] Cassá Roberto, Op. Cit.  Pág. 217

[21] Enciclopedia Ilustrada Dominicana, Tomo 9,2003,

[22] Moya Pons, Frank.  El Pasado Dominicano, Santo Domingo, Editora Corripio, 1986, Pág. 18

[23] Cordero M. Emilio  El Primer Intento Independentista Dominicano y la Reincorporación a España, 1808-1809, Santo Domingo, editora búho, 2010 revista Clío 180 edición julio-diciembre 2010, Pág. 130-131

[24] Op Cit.  Pág. 132

[25] Op. Cit.  Pág. 134

[26] Op.  Cit. Pág. 134

[27] Cassá Roberto.  Historia Social y Económica de la República Dominicana, Santo Domingo, Editora Alfa y Omega, 2006, Tomo I,  Pág. 300

[28] Moya Pons,  Frank. Revista Clío 180 Pág. 79

[29] Cordero M. Emilio Revista Clío 180 Pág. 141

[30] Op. Cit. Pág. 142

[31] Enciclopedia Ilustrada de la República Dominicana, Santo Domingo, Editora Eduprogreso, 2003, Pág.  116.  tomado de García J. G. (1982)  Compendio de la Historia de Santo Domingo, Tomo II

Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos (1993).  Estudios Sociales

[32] Cassá, Roberto Op. cit.  Pág. 309

[33] Op. Cit.  Pág.  310

[34] Enciclopedia Ilustrada, Pág. 118

[35] Op. Cit. Pág. 122

[36] Moya Pons, Frank,  El Pasado Dominicano, Santo Domingo, Editora Corripio, 1986 Pag. 133

[37] Cassá Roberto. Op. Cit. Pág. 325

[38] Henríquez Vásquez. Fco.  Pág 189

[39] Gutiérrez F. Euclides. Héroes y Próceres Dominicanos y Americanos, Santo Domingo, 2000, Editora Nuevo Diario,  Pág.  32

[40] Enciclopedia Ilustrada de la República Dominicana,  Pág. 129

[41] Enciclopedia de la República Dominicana.  Pág. 129

[42] Moya Pons, F. op. Cit. Pag. 132

 

Ariadna Tucma Revista Latinoamericana. Nº . 7. Marzo 2012-Febrero 2013 – Volumen I

 

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