Bolívar e Irvine. La naciente política exterior de la tercera República

Simón Bolívar

Izquierda: Simón Bolívar, Caracas. Venezuela. Imagen Carolina Crisorio

Sergio Rodríguez Gelfenstein*

Resumen/ Abstract VER

Antecedentes **

La declaración de Independencia de Venezuela que se produjo  en Caracas el 19 de abril de 1810, no contó con el apoyo de la Provincia de Guayana. Eso podría explicarse por la carencia de vínculos  entre las élites de Caracas y Angostura. Al contrario, las autoridades de la provincia tomaron medidas para resguardar y defender el territorio de manera de no producir cambios que alteraran la situación de privilegios con que contaban. En el fondo, desconocían la profundidad del movimiento y actuaron a partir de intereses locales, declarando fidelidad al rey. (Cabello Requena, 2014). Sin embargo, algunos ciudadanos manifestaron apoyo a la corriente patriótica que se desarrollaba en Caracas y a favor de la República.

Fueron perseguidos, arrestados y enviados al destierro  en Puerto Cabello, Puerto Rico y Ceuta. Durante los años de la Primera República e incluso de la Segunda (1813-1814), Guayana se mantuvo leal a la Corona. (García Castro, 1997). Una y otra vez, en marzo de 1812, mayo de 1815 y enero de 1817,  los ejércitos patriotas fueron rechazados a las puertas de Angostura. Ésta se transformó en refugio y arsenal del realismo criollo.

Izquierda: General Manuel de Piar

Después de este último intento, conducido por el General Manuel Piar,  los patriotas desistieron del ataque directo a la ciudad y optaron por el sitio de la misma. En abril, Piar derrotó en San Félix a las fuerzas realistas comandadas por el General  Miguel de la Torre. El General José Francisco Bermúdez dirigía el asedio a Angostura mientras el propio Bolívar retuvo para sí el que se ejecutaba contra Los Castillos, también llamada Guayana la Vieja. Angostura resistió durante meses el bloqueo impuesto por las fuerzas patriotas  hasta que el 17 de julio de 1817 los realistas abandonaron la ciudad.

El 11 de agosto, el Libertador se instalaba en el Palacio de Centurión. El comercio en la ciudad se reactivó inmediatamente, barcos de distintas banderas remontaban el Orinoco  trayendo implementos bélicos, a cambio de ganado y productos agrícolas. Ante la imposibilidad del nuevo gobierno por estructurar de inmediato el comercio, negociantes ingleses venidos de las islas  coparon la actividad económica y financiera a través del río. La ciudad comenzó a rehacer su vida normal, produciéndose una elevación de la población por la gran cantidad de  efectivos militares por un lado, y artesanos traídos para trabajar en los astilleros, maestranzas y otras labores de apoyo al componente militar que prevalecía en la ciudad, por el otro.

Primeras medidas organizativas de la nueva república

Izquierda: Capitanía General de Venezuela en 1810.

En comunicación dirigida a Martín Tovar Ponte, quien posteriormente sería miembro del Consejo de Estado, fechada el 6 de agosto desde Guayana, Bolívar exclamaba que “Por fin tenemos a Guayana libre e independiente” (Bolívar, 1947). En esa misma carta, al valorar la situación creada a partir del abandono de Angostura y Guayana por parte de los españoles y la ocupación de la misma por los patriotas, el Libertador apreciaba que “Esta provincia es un punto capital: tomamos la espalda al enemigo desde aquí hasta Santafé, y poseemos un inmenso territorio en una y otra ribera del Orinoco, Apure, Meta y Arauca. Además poseemos ganados y caballos. Como el día de lucha se reduce a mantener territorio y a prolongar la campaña, el que más logre esta ventaja será el vencedor”. En ese mismo sentido escribe el 1° de septiembre a Fernando Peñalver cuando le expresa que “La posesión del Orinoco nos proporciona una brecha a todas las provincias de la Costa Firme. (Bolívar. Ibid.)

A partir de ese momento, Bolívar comienza a desarrollar una intensa actividad política como Jefe de Estado, dándose a la tarea de organizar y crear leyes que dieran forma a la República. Además de involucrarse en funciones de su propia investidura,  incluye en sus labores la actividad legislativa, la diplomacia  y la planificación de las acciones bélicas y de fortalecimiento del Ejército y la Marina de Guerra ante la eventual etapa decisiva de la confrontación con España.

En otra dimensión, el Jefe de Estado implanta estrictas medidas para el comercio de ganado y mulas, toda vez que esos eran los únicos productos de intercambio de la provincia de Guayana, tomando en consideración que de su comercio o trueque, -en algunas ocasiones-  dependía el financiamiento de la guerra. Así mismo, pero en menor dimensión se comerciaba sebo y cueros. Estas necesidades lo llevaron a regular los asuntos navales, fijando normas para el reparto de los bienes obtenidos al enemigo, así como los sueldos que cobrarían los empleados del almirantazgo por el despacho de buques, creando también un cuerpo de prácticos para la navegación en el Río Orinoco.