Participación de la Mujer Dominicana en el Desarrollo de las Economías Solidarias:

Estudio de Caso: Cooperativa Hermanas Mirabal *

 

Ángela Altagracia Fernández R**

 

A la izquierda las hermanas Mirabal.


Resumen: Si bien la mujer dominicana, se insertó en el mercado laboral desde mediados del siglo XIX hasta hace poco tiempo era percibida únicamente como madre y ama de casa. Desde la creación del Instituto de Crédito Cooperativo (IDECOOP, 1963) se fueron creando las condiciones necesarias para favorecer un cambio de rol. En el presente trabajo se analiza el caso de la Cooperativa Hermanas Mirabal (2002) como instrumento de promoción a pequeñas emprendedoras a través de pequeños créditos.

 

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El movimiento cooperativo dominicano nace en el seno de la iglesia católica, traído al país  por los sacerdotes de la orden de Scarboro, quienes organizaron las primeras cooperativas en la década de los años 40 del siglo XX.

 

El auge económico y social alcanzado en poco tiempo por  esas primeras cooperativas, asesoradas por sacerdotes canadienses,  llamó la atención de los servicios de inteligencia de la dictadura  de Rafael  Leónidas Trujillo, quienes empezaron a recelar y coartar sus movimientos por la rápida acogida que recibió de la población,  llevándola a tomar un receso forzado.  Desaparecida la dictadura,  el cooperativismo dominicano toma otros rumbos, con el ascenso al poder del primer gobierno democrático, luego de treinta años de tiranía, en 1963 se crea el Instituto de Crédito Cooperativo (IDECOOP),mediante la Ley No. 31, para reagrupar y reorganizar la Federación Dominicana de Cooperativas de Ahorros y Créditos que se había formado en 1949.  Todas estas actividades están reguladas por la Ley 127, promulgada en 1964. (1)

 

Pero no fue hasta la década de los 90 del mismo siglo XX, cuando las mujeres irrumpieron  en estos movimientos económicos, sociales y comunitarios, asumiendo parte de  la misión del  compromiso cooperativista, de articularse en una fuerza capaz de contribuir a resolver las necesidades básicas de un amplio sector de la población, así como promover una sociedad más justa, participativa y democrática (2), en un momento donde todos los indicadores de los organismos internacionales que miden los niveles  de  pobreza en el mundo, presagiaban una década de grandes penurias económicas para el continente americano.

 

Sin embargo, de acuerdo con el informe  de la CEPAL del  2011 (3), la región de América Latina, en las últimas dos décadas, ha logrado reducir sus niveles   de pobrezas en más de 17 puntos porcentuales (de 48,4% a 31,4% de la población), de igual manera la población indigentes bajó 10,3 puntos (de 22,6% a 12,3%) colocándose en los niveles más bajos de los últimos 20 años,  cerrando con 174 millones de pobres, de los cuales 73 millones viven en condiciones de pobreza extrema, en contraste con los 177 millones de pobres del año 2010, de los cuales 70 millones eran indigentes, por lo que se ha registrado un incremento en este segmento poblacional para el 2011,  en 73 millones lo que significa un 12,8% de la población, debido a que el alza en los precios de los alimentos, ha reducido considerablemente los ingresos de los hogares.  Dentro de estos países que lograron reducir sus índices de pobreza se encuentran Perú, Ecuador, Argentina, Uruguay y Colombia.

 

Tanto estos países, como los demás de la región han logrado reducir sus índices, gracias a visibilidad que ha tenido el aporte económico de las mujeres al combate de  la  pobreza, la participación política y la  paridad de género (4) en las tomas de decisiones.  A  pesar de que los ingresos laborales de las mujeres equivalen al 70% de los hombres, sus aportes han mejorado considerablemente la calidad de vida de sus familias.

 

En República Dominicana, tradicionalmente a las mujeres se les educaba para que fueran excelentes mamás y admiradas amas de casa, incapaces de tener decisión propia y mucho menos participar en cuestiones que solamente estaban reservadas  para los hombres.  Con los inicios del  movimiento independentista, las mujeres  fueron clave en la orquestación  de este proceso, llevándola  a desempeñar roles diferente a los acostumbrados, de ahí en adelante se produce un  despertar a otras inclinaciones, que como la política, culturales y  sociales le abrirán horizontes de esperanzas a las futuras generaciones.

 

Desde los inicios de la República las mujeres asumieron responsabilidades de todo tipo, ya sea organizando reuniones, disfrazada de veladas en medio de la ocupación haitiana para cristalizar sueños libertadores,  bordar la primera bandera dominicana,  fabricar cartuchos para transportar pólvoras, promover reuniones para la discusión de los problemas políticos que se generaron al inicio de la vida republicana, iniciativa ésta que le   costó la vida a la heroína María Trinidad Sánchez, fusilada por Pedro Santana, al cumplirse el primer aniversario de la independencia, de igual modo, el papel desempeñado por   Juana Saltitopa, una sencilla mujer del pueblo que ante el asedio a la ciudad de Santiago por parte del ejército haitiano, se pasaba todo el día cargando agua desde el Rio Yaque de Norte para enfriar los cañones de las tropas dominicanas y vencieran a sus oponentes en la batalla del 30 de marzo de 1844.

 

Con la creación del sistema de educación pública, fueron mujeres las primeras formadora del cuerpo de maestras que a su vez empezaron a educar al pueblo dominicano, con la poetisa Salomé Ureña,  a la cabeza, fundadora del instituto de señoritas en 1888, junta a las maestras, Leonor Felts, Luisa Ozema Pellerano, Mercedes Echenique, entre otras,  para facilitarle educación a  las mujeres menos favorecidas económicamente.

 

Con la llegada del siglo XX, la mujer dominicana de forma  invisible, pero de manera sistemática empezó a participar en actividades académicas e intelectuales que la llevaron a integrarse a los movimientos feministas y políticos de la época para lograr derechos civiles y políticos como fue el derecho a la educación universitaria y el derecho  al voto en 1942, en medio de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, cuyo control absoluto de las actividades cotidianas de la nación sobre pasaban los límites de un gobernante que decidía quien, iba a las aulas universitarias y quien no;  pero a pesar de eso, mujeres como Evangelina Rodríguez, médico y Minerva Mirabal Abogada, se las arreglaron para graduarse, aunque el tirano no les firmara el exequátur que les permitía ejercer sus profesiones legalmente.

 

Este ejemplo tesonero e indoblegable ha sido el estímulo principal para qué mujeres de todos los estratos sociales acudan masivamente a las aulas universitarias en buscar de superación.   Hoy día el 68% de la matrícula estudiantil universitaria son mujeres, llegando a colocarse al más alto nivel en los mandos medios de las empresas  privadas e instituciones públicas.

 

El estudio de caso que trataremos en este trabajo es el relativo a la cooperativa Hermanas Mirabal de  Salcedo (5),  en el nordeste del país.  Es la provincia número 19  de las 32 que componen la división territorial de República Dominicana (6).

 

Este emblemático lugar,  donde las flores te sonríen y los murales  pintados  en sus paredes por los más consagrados maestros de la pintura dominicana, te dan la bienvenida.  Está situado en el corazón del valle del Cibao y desde 1961 se ha  convertido en un centro de peregrinación nacional e internacional, para conocer el lugar donde nacieron y vivieron las tres hermanas Mirabal,  asesinada por la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo,  el 25 de noviembre de 1960, hoy consagradas por el pueblo  como sus heroínas nacionales, por haber tenido la valentía y el arrojo de enfrentar al tirano.  En su honor la Organización de Naciones Unidas ha declarado el 25 de noviembre  de cada año,  como el día de No Violencia contra las Mujeres. (7)

 

El municipio de Salcedo,  cuenta con una población de 39,557 habitantes en la común cabecera de la provincia Hermanas Mirabal, de las cuales 25,626 son mujeres (8) de acuerdo al último censo realizado en el país.  El género femenino siempre ha desempeñado un rol protagónico en el desarrollo de este pueblo; es a través de la instalación de la oficina Técnica Provincial, creada para coordinar el trabajo de los ayuntamientos, la gobernación y las asociaciones  civiles locales, donde sus dirigentes ubican el despegue de esta provincia, en los años 90, siendo fruto de este proyecto la creación de la Oficina Provincial de la Mujer Inc., donde nace la Cooperativa Hermanas Mirabal en el año 2002, para canalizar pequeños créditos a mujeres emprendedoras, ya que más de la tercera parte de las familias de esta provincia están encabezadas por mujeres. (9) Esta institución de ahorros, créditos y servicios múltiples, se rige por sus estatutos y por la ley 127 sobre asociaciones cooperativas e incorporadas por el decreto No. 586-03 del 16 de junio de 2003.

 

Tomando como punto de partida Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (10)y la iniciativa por parte de las Naciones Unidas, de declarar el año 2012, como Año Internacional de las Cooperativas, por considerar de vital  importancia el apoyo que esas entidades brindan al desarrollo  de las economías y al fortalecimiento  del sistema financiero, por el uso de mano de obra y capital local (11) fomentando de esa manera la participación democrática de sus asociados.   En este sentido, la cooperativa Hermanas Mirabal se ha convertido en un referente de economía  solidaria y participación comunitaria en su localidad, siendo imitada por otras provincias del país.

 

En la actualidad cuenta con una membresía de 400 miembros activos, siendo la mayoría  mujeres; con  un capital propio de uno seis millones de pesos.  De acuerdo a Lesbia González, presidenta del Consejo de Administración de la Cooperativa Hermanas Mirabal. “los proyectos sociales son su mayor fuerte.  Gracias a la cooperativa es posible otorgar préstamos a detenidos (internos de acuerdo al nuevo modelo penitenciario dominicano), como José de la Cruz Tejada –Chepe-, que a cuatro meses de lograr su libertad sale a vender espejos los fines de semana”. (12)

 

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sobre el análisis que hace de la provincia,  resalta como uno de los cuatro proyectos exitosos de Empoderamiento social (13) y de inclusión comunitaria también, el trabajo que se está realizando en la cárcel pública,  con los internos e internas, que totalizan una población de 136, de los cuales 125 son hombres y 11 son mujeres.

 

De este total 63 son condenados y 73 son preventivos, de los cuales el 48% se encuentra inserto en una actividad productiva.  “El trabajo,  el pertenecer a un grupo productivo, el generar ingresos mínimos para las necesidades de sus familias y propias, promueve un mayor sentido de responsabilidad y sobretodo el descubrimiento de una dignidad de hombres y mujeres de bien.” (14)

 

El aporte de la cooperativa Hermanas Mirabal con el sistema penitenciario reside en apoyar con pequeños préstamos  a los internos e internas egresados de los  programas que en el área educativa tienen los centros, una vez consigan su libertad, como son: programa de alfabetización y conclusión del nivel básico y del bachillerato (acuerdo con el Ministerio de Educación MINERRD), cursos de ebanistería, soldadura y electricidad (acuerdo con el Instituto de Formación Técnico Profesional INFOTEP), cursos de Belleza (acuerdo con la Escuela Laboral 1er. Centenario), curso de informática (acuerdo con Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones INDOTEL) (15)

 

La cárcel dispone en su recinto de talleres de ebanistería donde se reparan las butacas y sillas de las escuelas públicas, en un (acuerdo con el MINERD) donde trabajan 22 internos.  También tienen talleres donde se fabrican ataúdes, inversores y sandalias.  En la producción de hortalizas participan 5 internos.  Se dispone también de una granja avícola donde laboran 3 internos, este programa es apoyado por la Lotería Nacional.  Además de eso existe la casa de la tercera edad, donde participan 4 internos, en los invernaderos hay 3 internos, en la cafetería hay 2 internos; en la panadería hay 2 internos y en la artesanía hay 2 más.

 

Esto quiere decir, que una vez ellos y ellas cumplan su internamiento y salgan en libertad, la cooperativa Hermanas Mirabal les facilitará un crédito para que puedan instalar sus propios negocios a partir de sus experiencias en el internado y de esa manera insertarse en el tren productivo de su comunidad, como es el caso de chepe citado anteriormente, quien ha logrado acumular un presupuesto de unos RD$40,000.00 vendiendo espejo los fines de semana a solamente cuatro meses de haber obtenido su libertad.  Este dinero depositado en la misma cooperativa, luego puede tomar un préstamo por el doble o el triple de lo que tiene ahorrado para seguir expandiendo su negocio.  Con este nuevo modelo penitenciario dominicano solamente el 1% de la población que ha pasado por él ha vuelto a delinquir.

 

NOTAS

 

* El presente trabajo ha sido presentado en el Congreso Internacional de Asociación de Historiadores  Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC) y III Jornadas de Historia DEL Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini: La economía social y solidaria en la historia de América Latina y el Caribe. Cooperativismo, desarrollo comunitario y Estado, Buenos Aires.  24 a 26 de septiembre.  2012. Mesa La economía social y solidaria frente a las problemáticas socio-culturales, género, minoridad, diversidad étnica y nacional, discriminación, adicciones, educación, actualización profesional, de apoyo a la producción y manifestaciones culturales.


** Ángela Altagracia Fernández R. Universidad Autónoma de Santo Domingo

Vicepresidenta ADHILAC Caribe Insular

 

(1) Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo.  Historia del Cooperativismo en República Dominicana. Santo Domingo s/f.  página 3

 

(2) Julio Fulcar E.  Aportes de las Cooperativas a la Economía Solidaria. (conferencia), Santo Domingo, 2004

 

(3) Bárcena, Alicia.  Informe del Panorama Social de América Latina 2011

 

(4) Décima Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, Quito, Ecuador, 2007 (LC/L.2738P. 5. 144 pp.

 

(5) Con la Ley 389-07 del 19 de diciembre de 2007, pasa a llamarse Provincia Hermanas Mirabal

 

(6) Oficina Nacional de Estadística.  División Territorial de la Rep. Dominicana, año 2009

 

(7) Resolución  de la ONU No. 50/134 del 17 de diciembre de 1999, iniciativa presentada por República    Dominicana y apoyada por 60 países.

 

(8)  Oficina Nacional de Estadística.  IX Censo Nacional de Población y Vivienda 2010

 

(9) Cooperativa Hermanas <Mirabal.  Brochure  Informativo

 

(10) Fijado por Naciones Unidas en el año 2000 y ratificado por 189 países.  Ocho objetivos sobre Desarrollo Humano que deben cumplirse en el 2015

 

(11) Resolución A/RES/64/136 de las Naciones Unidas, Asamblea  No. 64 de fecha 18 diciembre de 2011

 

(12) Méndez Riamny y Valdez Linda.  Hermanas Mirabal, pequeña provincias de grandes logros y esperanzas, periódico Clave Digital de fecha

 

(13) Informe de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, 2008

 

(14) Reyes Martha.  Directora Centro Penitenciario de Salcedo

 

(15) Opus  cit.

 

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Ariadna Tucma Revista Latinoamericana. Nº 8. Marzo 2013 – Febrero 2014. Volumen I

 

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