La construcción del modelo económico social en la Argentina

Notas al pie

  1. El endeudamiento de los países periféricos en esta etapa (y Argentina no fue la excepción) tuvo un carácter compulsivo. Dice Schvarzer: «La masiva penetración de los bienes británicos se apoyaba en tres puntales que resulta difícil separar: la competitividad alcanzada por su labor fabril, la oferta de sus créditos y la presencia de la Armada británica. (…) El comercio, las finanzas y las armas constituyeron las herramientas que sujetaron desde el vamos la economía argentina a la metrópoli británica, hasta convencer a quienes podían haber imaginado otra alternativa que esa supeditación era buena: la mejor frente a las dificultades planteadas por otros modelos de desarrollo para los cuales faltaban las bases materiales espontáneas.»
  2. De hecho, los favorables términos de intercambio hacían más ventajosa la producción agropecuaria, considerando la fertilidad del suelo y lo apropiado del clima, que la incertidumbre de embarcarse en un proyecto industrializador, para el cual no se contaba con capitales, mano de obra ni tecnología propia.
  3. La combinación de agricultura y ganadería en un mismo terreno es una característica particular de la llanura pampeana: las tierras se destinaban alternativamente a cereales, forraje y pastoreo, con lo cual el propietario podía conservar cierta flexibilidad para adaptarse a las cambiantes condiciones del mercado mundial (imposibles de controlar, además, desde nuestro país), aprovechando también al máximo el alto rendimiento de las ricas tierras pampeanas.
  4. Los grupos socialistas, si bien también representaban un proyecto alternativo, se adaptaron en general al sistema democrático reclamando la limpieza del proceso electoral y buscando participar con candidatos propios en el mismo.
  5. La decisión de «argentinizar» a la creciente masa de inmigrantes y las políticas gubernamentales destinadas al logro de este objetivo pudieron tener como efecto secundario la exacerbación del sentimiento nacionalista. Dice Romero: «Desde principios de siglo, y sin duda inspirado en el clima europeo de preguerra, empezó a predominar un nacionalismo chauvinista (…) que tuvo su apogeo en los festejos de 1910, cuando las patotas de «niños bien» se complacían en hostilizar a cualquier extranjero que demorara en descubrirse al sonar las notas del himno.»
  6. Desde aproximadamente mediados de la década de 1890 hasta la Primera Guerra Mundial se desarrolla esta etapa que, pese a su relativa brevedad, marcó profundamente la memoria de las clases propietarias sobre todo en Europa con ciertos rasgos peculiares: el gran dinamismo de la economía mundial, el creciente e irrestricto flujo comercial entre las naciones, el desarrollo tecnológico, la integración de los mercados, la oportunidad de nuevos y redituables negocios. Dice Hobsbawm en La Era del Imperio: «Para éstas (las clases pudientes) la belle époque era el paraíso que se perdería después de 1914. Para los hombres de negocios y para los gobiernos de después de la guerra, 1913 sería el punto de referencia permanente al que aspiraban a regresar desde una era de perturbaciones. En los años oscuros e inquietos de la posguerra, los momentos extraordinarios del último boom de antes de la guerra aparecían en retrospectiva como la «normalidad» radiante a la que aspiraban retornar.» (Hobsbawm,1987)
  7. Son múltiples los testimonios en este sentido que presenta Schvarzer en La industria que supimos conseguir. Uno de los ejemplos más clásicos es el de la producción de lana, que se exportaba sucia a Gran Bretaña hasta 1914, luego se inició la industria local del lavado durante la guerra, para ser suspendida inmediatamente después de finalizado el conflicto bélico, cuando se vuelve a exportar la lana sin lavar. En un artículo publicado en los Anales de la Sociedad Rural Argentina en 1925 un productor agropecuario señala: «No podemos olvidar que vivíamos tranquilos en el mejor de los mundos (…) Bajo el régimen inglés teníamos siquiera una ventaja, al estabilidad de los precios. Con el progreso traído de Chicago se perdió la confianza en la estabilidad del negocio y hemos llegado a recordar con «saudades» los tiempos que permitían hacer fortuna a quienes se dedicaban a la noble tarea del campo.» (Schvarzer, 1996)
  8. Circulaban en este sentido rumores que rayaban en el ridículo, como aquel que sostenía que el anciano presidente recibía todos los días un diario falso impreso por su entorno sólo para mantenerlo alejado de la realidad. (Romero, 1994)
  9. De entre todas las voces que convergieron en el golpe de Estado del 1930, dice Romero, «la más vocinglera era la de los nacionalistas, que rápidamente tomaron la iniciativa. Su voz había sido muy eficaz como ariete contra el radicalismo por el talento polémico de sus voceros, por su capacidad para articular discursos diversos, que apelaban a distintas sensibilidades, así como para expresar y legitimar lo que para otros era inconfesable: un elitismo autoritario del que se enorgullecían»
  10. Bajo el gobierno de Castillo se crearon la Dirección General de Fabricaciones Militares y el Instituto Geográfico Militar. No debemos olvidar que el contexto internacional, con sucesivas guerras masivas y crisis demoledoras facilitaba la idea de que la defensa nacional debía ser una prioridad, y que el avance tecnológico (sobre todo en defensa) no podía ser descuidado sin exponer a la Nación a consecuencias imprevisibles.
  11. Los enfrentamientos armados se desarrollaron algunos con la participación directa de alguna de las superpotencias (como en Vietnam) o por medio de terceros países (como en Corea). Estados Unidos estaba determinado a contener la expansión de la Unión Soviética y con ese objetivo intervenía en diferentes zonas y con distintas estrategias, por ejemplo inyectando fuertes montos de capital en la Alemania Occidental; la URSS respondió a esta provocación militarizando sus áreas de frontera, avanzando sobre Europa Oriental y acelerando la construcción de armas atómicas, reacciones que motivaban nuevos movimientos de Estados Unidos, realimentándose de esta manera una continua escalada de provocaciones y enfrentamientos.
  12. La actividad del Estado como productor en realidad ya había comenzado durante el gobierno militar de 1943-45 con la creación de Fabricaciones Militares y el horno siderúrgico instalado en Zapla, Jujuy.
  13. Lo hizo a través de la creación del IAPI (Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio); los productores estaban obligados a venderle el total de su producción al Estado que les pagaba un precio sostén; el Estado vendía luego esa producción en los mercados internacionales a un precio mayor (gracias a los favorables términos de intercambio) y retenía la ganancia extra.
  14. Esta bonanza económica se terminó rápidamente y ya en 1949 la crisis obligó al gobierno a tomar algunas medidas no deseadas. La breve recuperación de 1950 se agotó en una nueva crisis en 1951-52, recordado éste último como el año más difícil por la profundidad de la crisis y por la muerte inesperada de Eva Perón, que era sumamente querida por las clases populares.
  15. Las políticas ortodoxas del FMI imponen, por ejemplo, la reducción del gasto público, mientras que el desarrollismo utiliza el gasto estatal como motor de la recuperación económica;
  16. Tanto Frondizi como Illia ganaron en elecciones convocadas por gobiernos militares en las cuales el partido peronista estaba proscrito. Estas características teñían a sus dos gobiernos de cierta ilegitimidad, sobre todo a los ojos de la clase trabajadora, mayoritariamente peronista, que no se sentía representada por ninguno de estos dos gobiernos. Para complicar aún más la situación, los militares ejercieron durante todo el período una especie de tutela de las instituciones republicanas amenazando con tomar el poder (como efectivamente lo hicieron) cuando estos gobiernos tutelados no pudieran impedir el acceso de los peronistas a cualquier cargo electoral.
  17. El plan abarcaba tres etapas bien definidas: un tiempo económico, en el que se haría de la Argentina un país rico, un tiempo social en el que todos pasarían a compartir el bienestar dado por esa riqueza, y por fin un tiempo político donde se instauraría un sistema político permanente y estable. «La revolución no tiene plazos, sino objetivos» era el lema.
  18. Acontecimiento en el cual la policía entró literalmente a palazos y con gases lacrimógenos en algunas facultades, golpeando y encarcelando a gran cantidad de docentes y estudiantes que habían tomado pacíficamente los edificios en protesta por la intervención y la supresión de la autonomía universitaria.
  19. La deuda externa de América Latina en su conjunto era de 7.200 millones de dólares en 1960 y en 1970 había trepado a 20.900 millones. Pero en 1980 se debían 243.000 millones de dólares, lo cual significaba un incremento del 1.162% con respecto a 1970 y del 3.373% si se la compara con 1960. (en Rapoport, 2000, pg.734)
  20. Los escalofriantes métodos empleados por los militares para el secuestro, tortura, detención y ejecución de miles de personas de todas las edades y para el robo de bebés de las familias asesinadas se encuentran detallados en el informe de la CONADEP, publicado bajo el título de «Nunca Más». Sobre el verdadero objetivo del genocidio dice Romero: «Las víctimas fueron muchas, pero el verdadero objetivo eran los vivos, el conjunto de la sociedad que, antes de emprender su transformación profunda, debía ser controlada y dominada por el terror y la palabra. El Estado se desdobló: una parte, clandestina y terrorista, practicó una represión sin responsables, eximida de responder a los reclamos. La otra, pública, apoyada en un orden jurídico que ella misma estableció, silenciaba cualquier otra voz.»
  21. Los términos de público y privado, como forma sustantiva de señalamiento de una realidad, surgen, según Habermas, en Alemania en el siglo XVIII; lo que hace suponer que la función de lo público se reconstruye en esa época. Pero en la actualidad podemos señalar por lo menos tres sentido generales de los términos indicados: público y privado, relacionados ambos de tal manera que cada uno de ellos puede ser entendido como límite y determinación del otro. Estos sentidos, surgidos de las distintas redes significativas históricas en las que fueron colocados en virtud de la época, se superponen y se interrelacionan de manera tal, que sólo un análisis histórico puede llegar a desentrañarlos. En su sentido más simple, lo público es tanto como lo publicitado, es decir lo que aparece frente al otro. Lo que se expone es siempre aquello que una época determinada considera apropiado para ser exhibido y, a la vez, dispuesto residualmente a la reificación. Así, lo privado como opuesto a lo publicitado, define una esfera de realización subjetiva, lo no dispuesto a la apropiación es decir lo inapropiado, que escapa a la determinación publicitaria. Así, lo íntimo coincide con la libertad de conciencia pero se hunde en la finitud de aquello que no es expuesto. En segundo lugar, lo público está relacionado con lo común a todos. Es el mundo del hombre conformado por sus productos y los asuntos comunes a atender. Se trata del mundo en tanto mundanidad que define y posibilita los proyectos humanos. En este sentido, lo privado, es posible según el mundo en que vive el sujeto, es decir permite la formación de lo privado como lo propio. Coincide con las propiedades del sujeto individual: puede ser: el producto de las labores familiares o más íntimamente mis pertenencias, adquiridas o producidas por mi cuerpo. En este sentido lo privado, como lo propio, puede considerarse como una esfera en donde cada sujeto conserva su señorío. Por último, y como consecuencia clara de la instalación del capitalismo y la razón instrumental, lo público se convierte en lo propio del Estado por contraposición a la propiedad privada de los medios de producción. El Estado es dueño de lo público en tanto vehiculiza la concepción de Estado Benefactor. La organización de las grandes burocracias estatales se justifican en tanto establecen la necesidad de instrumentalizar y reificar los asuntos comunes. Lo público se convierte en cuerpo social. La contracara de esto, es lo privado en tanto riquezas acumuladas sobre las cuales el propietario tiene autonomía de decisión. Es decir, se opone a la propiedad colectiva y a las propiedades estatalizadas y significa la apropiación de los medios de producción o de los beneficios económicos del capital privado. Desde un punto de vista histórico, la constitución de la esfera (dominio) pública, es decir de todas aquellas actividades legítimamente publicitadas, que surgen de la vida en común y significan una división social de funciones, puede seguirse desde Gracia y permiten entender en un tiempo de larga duración las distintas propuestas sociales o la manera en que el hombre hace uso de la razón.

.

Ariadna Tucma Revista Latinoamericana. Vol. 1 a 4. 2006-2009

Publicado por ©www.ariadnatucma.com.ar

/

Contacto: info@ariadnatucma.com.ar