El proyecto de una Argentina europea de Sarmiento y la Generación del ’37 como obstáculo a la integración argentina

Paul Eduardo Femenia*

Resumen/Abstract (VER)

Izquierda: Aristóteles

 

1. INTRODUCCIÓN


Siempre se dice que debemos comenzar por el principio, pero para entender la razón por la cual se investiga un tema, sobre todo si buscamos las causas de un comportamiento actual, creo que lo  mejor es  ver una muestra de dicho comportamiento. Como decía Aristóteles, “ciencia es la búsqueda de  las primeras causas por las últimas consecuencias”, por ello, aquí va una de las últimas consecuencias, la cual fue  tomada de una canción del año 1987.

 

Los europeos buenos consejeros
Siempre buenas ondas nos quieren tirar
Rusos y yanquis que nos quieren tanto
Siempre se pelean por nuestra amistad.


En cambio los latinoamericanos
Subdesarrollados no podrán jamás
Ser tan hermosos como nuestra pura estirpe nacional.


Estas estrofas son parte del tema “Los Argentinos” de Horacio Fontova, y si bien puede ser considerado como un tema cómico, tiene en sí la verdad dicha por los bufones, una verdad tan dura que la única forma de ser tolerada es ser dicha como broma por un bufón.

 

Conceptos ligados a la idea de una Argentina europea


Este es un concepto fundacional del pensamiento nacional argentino, fue uno de los conceptos centrales de la generación del 37 y que posteriormente se convirtió en una bandera de la generación del ochenta que fueron  quienes pusieron los bloques definitivos de los cimientos de denominado “ser Argentino”. No nos engañemos con la investidura del gaucho como el modelo nacional (que fue convertido en modelo después de ser llevados en las “levas” [1] por “vago y mal entretenido” a combatir al “salvaje” en los fortines) ni con el auge de la poesía gauchesca. Que no nos engañe tampoco la denominada “Educación Patriótica” de Pablo Pizzurno del 15 de Mayo de 1908 dictada mientras el Dr. José Ramos Mejía era el presidente del Consejo Nacional de Educación, como reacción ante el aluvión de inmigrantes de finales del siglo XIX y principios del XX  y el miedo a disolver el ser nacional. No nos debemos confundir porque ese ser nacional ya había sido concebido como europeo como veremos en los puntos siguientes.

 

El concepto de una Argentina europea, que fue un obstáculo para la integración latinoamericana y americana por parte de Argentina  y que recién en el siglo XXI pudo comenzar a ser superado para poder comenzar a transitar el camino hacia la integración latinoamericana, lo podemos considerar compuesto por otros cuatro conceptos o subconceptos, estos son:

 

1º) Lo europeo se identifica con la civilización;
2º) Lo americano se identifica con la barbarie;
3º) Argentina es una parte de Europa trasplantada al continente americano;
4º) Los argentinos somos europeos nacidos en América.
5°) Por todo lo anterior se concluye que los aliados “naturales” de Argentina son los países europeos “civilizados”, y que las alianzas con el resto de los países de América es algo forzado e inconducente.

 

 

Rastros actuales


Además de formar parte de la idiosincrasia nacional, el rastro más destacado se halla en nuestra constitución que ya desde el año mil ochocientos  cincuenta y tres que si bien establecía  en su preámbulo “para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo Argentino”, luego, en el artículo 25 remarcaba que “el gobierno Federal  fomentará la inmigración Europea”, ambos párrafos se mantienen hasta el día de hoy y se mantuvieron a lo largo de las nueve reformas. Dicho párrafo estaba justificado en la obra de Alberdi “Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina”, en ella Alberdi afirmaba

 

Poblar es civilizar cuando se puebla con gente civilizada, es decir, con pobladores de la Europa civilizada. Por eso he dicho en la Constitución que el gobierno debe fomentar la  inmigración europea. [2]


En el párrafo anterior figura una aclaración que puede parecer imperceptible o inclusive una redundancia, me refiero a “Europa civilizada”, no existe redundancia alguna ya que Europa se refiere a una entidad geográfica en cambio “Europa civilizada” se refiere a la Europa francesa y anglosajona con una clara exclusión de España dentro de las naciones civilizadas compartiendo esta postura con la de Sarmiento.

 

2. Orígenes del concepto

 

Domingo Faustino Sarmiento


Entre los primeros registros documentados tenemos  la declaración de Domingo Faustino Sarmiento que figura en el Facundo y se refiere a la actitud de la generación del 37 durante el sitio de Montevideo. De este modo se expresaba Sarmiento en esta obra:

 

En Montevideo, pues, se asociaron la Francia y la República Argentina Europea para derrocar el monstruo del americanismo hijo de la pampa,…[3]

 


 

Arriba: Domingo Faustino Sarmiento. Nació en San Juan, Argentina en 1811 y fallecio en Asunción del Paraguay en 1888.

 

 

La resistencia al impulso civilizatorio de Francia e Inglaterra estaba representada por  la figura de uno de esos “hijos de la pampa”, Don Juan Manuel de Rosas, representante además del monstruo del americanismo, del salvajismo, de la barbarie. Por el contrario, los  jóvenes Argentinos-Europeos eran los portadores de los valores civilizados y civilizatorios de Europa.

 

 

Tal vez algunos dirán “Pero Sarmiento escribió Argirópolis”, si pero esta Argirópolis  también era una Argirópolis Europea, por ello la capital debía estar en la isla Martín García, porque era un punto de contacto con Europa, de este modo los ríos interiores serían continuación de los ríos europeos. Este último punto es particularmente interesante desde el punto de vista geopolítico, Argentina no limita al este con el Océano Atlántico, sino con Europa, siendo el este océano solamente una línea limítrofe como puede serlo el Río de la Plata respecto de Uruguay.

 

Sino veamos qué piensa de la relación de esta Argirópolis con respecto a Europa y con respecto al americanismo

 

Hay condiciones especiales para los gobiernos de la América del Sur, que por no haber sido comprendidas hasta hoy, en unos países se mantiene el atraso por el conato de legislar sobre lo que existe, imitando en esto a los gobiernos antiguos de Europa, o se destruye todo por espíritu de antipatía a lo europeo, por americanismo. Lo primero conduce al quietismo; lo segundo, a la barbarie. [4]

 

Vemos en este párrafo que se mantiene la idea de que el americanismo es una oposición a lo europeo, lo que en el vocabulario sarmientino significa una oposición a lo civilizado.

 

Juan Bautista Alberdi

 

Pero Sarmiento era solo uno de los integrantes de la generación del 37, y ni siquiera fue constituyente en el 53. Sarmiento no estaba solo, tenemos también los postulados de quien fuera el principal espíritu de la constitución, me refiero a Juan Bautista Alberdi y su obra: Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina.

 

Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento, amigos y compañeros de lucha al principio, luego grandes contendientes, compartían sin embargo esta idea de una Argentina como parte de Europa. En primer lugar veremos que Alberdi realiza la misma identificación entre civilizado-europeo y salvaje-indígena.

 

 

En América todo lo que no es europeo es bárbaro: no hay más división que ésta: 1º, el indígena, es decir, el salvaje; 2º, el europeo, es decir, nosotros, los que hemos nacido en América y hablamos español, los que creemos en Jesucristo y no en Pillán (dios de los indígenas).[5]

 


Arriba: Juan Bautista Alberdi. Nació en Tucumán, Argentina, en 1810 y falleció en Neuilly-sur-Seine, Francia, en 1884.

 

 

En el segundo punto destaca el concepto de criollo que manejaban los intelectuales del siglo XIX, es decir “los europeos nacidos en América”. Hacemos esta aclaración porque posteriormente e inclusive desde el mismo siglo XIX, se tomará el término “criollo” como sinónimo de Gaucho, como por ejemplo en el ícono de la poesía gauchesca, me refiero al “Martín Fierro”, cuando por ejemplo dice

 

Y dejo roda la bola
que algún día se ha’e parar
tiene el gaucho que aguantar
hasta que lo trague el hoyo
o hasta que venga algún criollo
en esta tierra a mandar.[6]


En estas estrofas se emplea criollo no solo como sinónimo de gaucho o de argentino con raíces argentinas y no europeas, sino como antónimo de “gringo” tal como lo vemos unos versos más delante de esta misma obra

 

Todo se güelven proyectos
de colonias y carriles
y tirar la plata a miles
en los gringos enganchaos,
mientras al pobre soldao
le pelan la chaucha ¡ah viles![7]

 

Este es un ataque directo contra la antropología del Argentino europeo de la generación del 37, obviamente no podemos esperar otra cosa de una obra escrita contra Sarmiento y su proyecto de una Argentina europea.

 

Alberdi destaca aún más esa  antropología del argentino europeo cuando no solo se refiere a los caracteres culturales sino también a caracteres físicos.

 

Nosotros, los que nos llamamos americanos, no somos otra cosa que europeos nacidos en América. Cráneo, sangre, color, todo es de fuera.  El indígena nos hace justicia; nos llama españoles hasta el día. No conozco persona distinguida de nuestra sociedad que lleve apellido pehuenche o araucano. El idioma que hablamos es de Europa. Para humillación de los que reniegan de su influencia, tienen que maldecirla en lengua extranjera. El idioma español lleva su nombre consigo”[8]

 

Esta antropología que exalta la raza blanca europea es una constante a lo largo de toda la obra, podemos ver que justifica el desarrollo de Estados Unidos del mismo modo, tanto en sentido positivo como en sentido negativo, es decir, este país basa su desarrollo en el poblamiento con europeos, y en la no aceptación de inmigración de razas provenientes de  continentes que no solo no son  civilizados sino también incivilizables.

 

Si la población de seis millones de angloamericanos con que empezó la República de los  Estados Unidos, en vez de aumentarse con inmigrados de la Europa libre y civilizada, se hubiese poblado con chinos o con indios asiáticos, o con africanos, o con otomanos, ¿sería el mismo país de hombres libres que es hoy día? No hay tierra tan favorecida que pueda, por su propia virtud, cambiar la cizaña en trigo. El buen trigo puede nacer del mal trigo, pero no de la cebada.[9]

 

Esta postura tenía como fundamento “científico” la frenología[10], muy de moda en la época, y tras la cual se ocultaba todo un sistema racista de clasificación de la humanidad. Sarmiento y Alberdi eran  grandes  seguidores de esta doctrina que les venía como anillo al dedo para justificar sus políticas inmigratorias europeístas.

 

Ahora bien, la Europa a la que se refiere Alberdi es la misma a la que se refiere Sarmiento, es decir la constituida por Francia, Inglaterra, el imperio Alemán y el Imperio Austrohúngaro

 

Con la revolución americana acabó la acción de la Europa española en este continente; pero tomó su lugar la acción de la Europa anglosajona y francesa. Los americanos de hoy somos europeos que hemos cambiado de maestros: a la iniciativa española ha sucedido la inglesa y francesa. [11]

 

Asimismo y en base a esta diferenciación, justifica el pensamiento de los dos Grandes libertadores de Hispanoamérica, Bolívar y San Martín, su proyecto americanista y su oposición a Europa.

 

Nuestros patriotas de la primera época no son los que poseen ideas más acertadas del modo de hacer prosperar esta América, que con tanto acierto supieron substraer al poder español. Las nociones del patriotismo, el artificio de una causa puramente americana de que se valieron como medio de guerra conveniente a aquel tiempo, los dominan y poseen todavía. Así hemos visto a Bolívar hasta 1826 provocar ligas para contener a Europa, que nada pretendía, y al General San Martín aplaudir en 1844 la resistencia de Rosas a  reclamaciones accidentales de algunos Estados europeos. Después de haber representado una necesidad real y grande de la América de aquel tiempo, desconocen hoy hasta cierto punto las nuevas exigencias de este continente. La gloria militar, que absorbió su vida, los preocupa todavía más que el progreso.[12]

 

Bolívar y San Martín no solo fueron los libertadores de Hispanoamérica, fueron también los primeros en ver y postular la necesidad de la “Gran patria sudamericana”, por ello la necesidad de Alberdi de argumentar contra la postura de estos dos grandes héroes sudamericanos. Para ello alega que la postura de Bolívar y San Martín es fruto de una confusión que se basa en creer que España representaba a toda Europa, y fue por esta razón que pretendieron realizar una liga americana para oponerse a toda Europa. En cambio la generación del 37 al diferenciar a España europea de Europa anglosajona y francesa, puede demostrar que existe por parte de esta última un interés en el desarrollo de América y no representan ningún peligro para los nuevos estados americanos.

 

Eugenio Cambaceres [13]

 

Veamos un político de la generación del ochenta, que también es escritor. Cambaceres era hijo de un francés y nieto de ingleses, nacido en Argentina, por lo que podemos decir que es el ideal de argentino que postulaban los dos autores anteriormente citados, Sarmiento y Alberdi. Veremos algunos de los conceptos tratados anteriormente en su obra “En la sangre”. La obra comienza con la siguiente descripción:

 

De cabeza grande, de facciones chatas, ganchuda la nariz, saliente el labio inferior, en la expresión aviesa de sus ojos chicos y sumidos, una rapacidad de buitre se acusaba.


Se evidencia el empleo de los caracteres físicos como muestra de la condición moral, de acuerdo a la frenología de moda en la época. Además  este personaje era italiano, es decir que no pertenecía a la Europa Civilizada.

 

 

Arriba: Eugenio Modesto de las Mercedes Cambaceres Alais. Nació en Buenos Aires, Argentina en 1843. Falleció en París, Francia, en 1888.

En esta obra se evidencia la transmisión de los caracteres morales a través de la sangre a pesar de todos los intentos del hijo por adoptar los caracteres criollos prevalece en él el carácter pérfido del inmigrante, tal como se pinta esta diferencia en el capítulo XX:

 

se conocía él, tenía ese mérito siquiera, le costaba deshacerse del dinero, era mezquino y ruin en el fondo, avaro como su padre. Otra prenda que agregar a las prendas que lo adornaban, otro bonito regalo que le había hecho el viejo, otro presente más que agradecerle… ¡maldito… nunca, jamás podía acordarse de él sin odio, hasta sin asco!…
Pero se había de dominar, se había de vencer; no había nacido en la Calabria, había nacido en Buenos Aires, quería ser criollo, generoso y desprendido, como los otros hijos de la tierra.


En definitiva, si bien nuestra constitución nacional siguiendo la idea de Alberdi debía fomentar la inmigración europea, inmigración destinada a “blanquear” Argentina, debemos recordar que se referían a la Europa civilizada, de la que según vemos en esta obra, Italia estaba excluida del mismo modo que España había sido excluida de esta Europa idealizada por Sarmiento al considerarla feudal.

 

3. Consecuencias prácticas del concepto de una Argentina europea

 

Nuestra historia nacional, ya sea la social, económica o política, está regada de ejemplos en el que se ha empleado este concepto. Tomaremos solo dos casos referido a la política exterior Argentina del siglo XIX

 

El Congreso de Lima de 1862

 

Tomaremos algunos párrafos de los artículos escritos por Sarmiento en contra de la realización del congreso americano en Lima.

 

Después de realizadas todas estas cosas de pura forma, todavía nos parecerá una utopía el Congreso Americano, una utopía de las muchas que se intentan en América, sin resultado alguno positivo.[14]

 

Este congreso solo podía cumplir con las formalidades pero sin posibilidades y consecuencias prácticas aunque esté basado en las ideas de grandes hombres.

 

El Congreso Americano es una de aquellas necedades (hablamos con el debido respeto) que suelen salir de la boca de un grande hombre, y que pueblos y gobiernos adoptan sin examen, hasta que el tiempo ó un motivo de reflexión próxima, descúbrelo infundado del desvalido aserto.[15]

 

Estos grandes hombres a los que se refiere Sarmiento son sin duda alguna a los libertadores americanos: Bolívar y San Martín, y los organizadores de este congreso no habían hecho el análisis que había realizado Sarmiento por el cual había determinado la imposibilidad del americanismo, del monstruo del americanismo por cuestiones que le asignaba a la “raza” o las mezclas de raza constitutivas de América española.

 

¿En qué se distingue la colonización española? En que la hizo un monopolio de su propia raza, que no salía de la edad media al trasladarse á América y que absorbió en su sangre una raza prehistórica servil.[16]

 

La distinción se refiere a Estados Unidos, que fue colonizada por anglosajones (una raza civilizada) quienes se mantuvieron “puros” al no mezclarse con las razas serviles de América del Norte (los pueblos originarios de América del Norte). En cambio en Hispanoamérica se mezclaron dos razas incivilizadas e incivilizables, la europea y la originaria de américa. Podemos ver en este párrafo también la justificación de lo que se denominaría posteriormente “La conquista del desierto”, es decir la aniquilación de los pueblos originarios al sur del Rio Colorado, como medio de evitar que los nuevos inmigrantes provenientes de la “Europa Civilizada” absorban “en su sangre una raza prehistórica y servil” lo que daría por tierra el proyecto civilizatorio mediante la inmigración Europea.

 

La respuesta enviada por el canciller Rufino de Elizalde durante el gobierno de Bartolomé Mitre ante la invitación del Congreso Panamericano de 1862 en Lima, se encuadra y responde a los mismos principios de los artículos de Sarmiento. Entre los  objetivos de esta conferencia figuraban la de  responder a la invasión de México y la anexión española de Santo Domingo, pero incluso en este tema  el gobierno argentino cree estar exceptuado debido a su relación con Europa. Parte de esta misiva decía:

 

La América independiente es una entidad política que no existe ni es posible constituir por combinaciones diplomáticas. La América, conteniendo naciones independientes, con necesidades y medio de Gobiernos propios, no puede nunca formar una sola entidad política… Por lo que hace a la República Argentina, jamás ha temido por ninguna amenaza de la Europa en conjunto, ni de ninguna de las naciones que la forman … Puede decirse que la República está identificada con la Europa hasta lo más que es posible.


Leyendo entre líneas podemos ver que esta imposibilidad de constituir una entidad mediante combinaciones diplomáticas, que es el modo en que se constituyen en primera instancia todas las asociaciones supranacionales, se debe a la identificación con Europa “hasta lo más que es posible”, que nombra hacia el final del párrafo, identificación que creemos se basa en la idea de una Argentina Europea en el sentido y con los justificativos que mostramos anteriormente. Identificación que además no parece ser posible para el resto de los países latinoamericanos, lo que produce un distanciamiento tan grande que no puede ser superado por “combinaciones diplomáticas”.

 

Primera Conferencia Panamericana 1889-1890

 

La oposición por parte de la  delegación argentina al panamericanismo estipulado por Estados Unidos en  la Primera Conferencia Panamericana realizada en Washington en 1889, puede verse en primera instancia como una oposición al intento neocolonialista de Estados Unidos y su deseo de liderar todo el continente americano en menoscabo de la influencia europea sobre el continente. Pero también está implícito el europeísmo argentino y la reticencia al comercio interamericano fundado en cuestiones económicas.

 

 

Arriba: Roque Sáenz Peña. Nació en Buenos Aires, Argentina en 1851, falleció en la misma ciudad en 1914.

 

Veamos algunos conceptos vertidos por Roque Saenz Peña en dicha conferencia.

 

No es un misterio para nadie, que la naciones de América sostienen y desenvuelven su comercio de sus relaciones con la Europa; el fenómeno económico se explica naturalmente y si esfuerzo; nuestras riquezas las forman los productos del suelo, y si hay en el continente un mercado que es manufacturero a la vez, él debe merecernos consideraciones especiales, que tendré la satisfacción de dedicarle; pero es lógico, forzoso, inevitable, que los países productores de frutos naturales o de materia prima, busquen y procuren los mercados fabriles, y especialmente aquellos que los reciben libremente.[17]

 

La unión, incluso la económica, entre Sudamérica y Europa es un hecho natural, aunque sea una relación de dependencia entre un mercado productor de materia prima y un mercado desarrollado, que como veríamos posteriormente venían a los países de origen de la materia prima la materia ya elaborada en forma de diferentes artículos de consumo.

 

El modo de comercio entre los productores de materia prima necesita la mediación del manufacturero, es decir que la relación entre los países sudamericanos solo es posible a través del contacto con el viejo mundo.

 

El comercio recíproco de nuestros pueblos se desenvolverá pesadamente, sin el contacto del mercado productor con el manufacturero, ese es precisamente el intercambio con sus formas propias y acentuadas entre lo viejo y el nuevo mundo…[18]

 

Pero este comercio solo tiene un sentido vertical, es decir solamente de los productores de materia prima con los países manufactureros, no existe la posibilidad de un mercado horizontal entre diferentes productores de diferentes materias primas, esto también es evidente por si mismo, no corresponde a la naturaleza de la economía de Hispanoamérica.

 

Y todo lo que tienda a ligar mercados similares en la producción, será estéril, cuando no pernicioso; estas consideraciones que son tan rudimentarias en la economía política, que casi podría haberme eximido de enunciarlas, por su misma vulgaridad, nos demuestran con evidencia, que un pacto continental sería innecesario cuando menos, a la mayoría de los países hispanoamericanos; asegurar el libre cambio entre mercados que no se cambian nada, sería lujo de utopía y ejemplo de esterilidad; yo estoy muy lejos de combatir el libre cambio, resisto sólo las declaraciones suntuosas que serían tan desfavorables como improficuas al comercio de América.[19]

 

4. Conclusión

 

Quienes diseñaron y pusieron en funcionamiento la Argentina fueron sin duda alguna los integrantes de la generación del ochenta, pero dos de los conceptos centrales, el positivismo y la Argentina europea fueron heredados de la generación del 37. Estas dos características del denominado “ser nacional” son todavía visibles en la idiosincrasia argentina actual, y el referido a la Argentina europea ha sido el concepto que más nos apartó de una integración latinoamericana y que además permitió la explotación por parte Europa (de lo que estos intelectuales y políticos denominaban Europa), una Europa que a los fines prácticos finalmente quedó reducida a Gran Bretaña. Tres son los más grandes ejemplos de esta explotación en Argentina: La Forestal[20] en el litoral, la Compañía de tierras Sudamericana[21] que era propietaria de una gran parte de la Patagonia y el ya famoso a nivel internacional Tratado Roca-Runciman.

 

Una buena muestra de los efectos de una Argentina europea se puede ver en los porcentajes de discriminación de los resultados de INADI[22] en la cual la discriminación hacia los países limítrofes está en tercer lugar muy por encima de la existente hacia los afro descendientes y las minorías religiosas, contra lo que se podría esperar en este último caso en un país con mayoría católica y definido constitucionalmente como católico. En el orden de discriminación figuran los bolivianos con un 47 por ciento, los peruanos con un 23 por ciento, los paraguayos con un 18 por ciento, los chilenos con un 7 por ciento y un 5 por ciento para otros migrantes.[23]

 

Estas estadísticas las vemos confirmadas por una placa aparecida el Enero de 2008 en un noticiero televisivo argentino que decía:

 

“Accidente fatal en Flores, mueren dos personas y un boliviano”


Cito nuevamente las palabras de Fontova como resumen de la antropología segregacionista argentina que impidió por dos siglos la integración con el resto de Latinoamérica y sigue siendo la base de la discriminación hacia los inmigrantes sudamericanos en la argentina.

 

“En cambio los latinoamericanos
Subdesarrollados no podrán jamás
Ser tan hermosos como nuestra pura estirpe nacional.”

 

NOTAS

 

* Paul Eduardo Femenia. Licenciado en Filosofía. Universidad Nacional de San Juan

[1] Reclutamiento obligatorio de los gauchos para ser enviados a servir a los fortines que limitaban la frontera con “el indio”.

[2] Juan Bautista Alberdi: Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, Páginas Explicativas. Tomado de https://es.wikisource.org/wiki/Bases:P%C3%A1ginas_explicativas_de_Juan_B._Alberdi

[3] Domingo Faustino Sarmiento, Facundo, Planeta DeAgostini, España, 2000, Pág. 288

[4] Domingo Faustino Sarmiento, Argirópolis, Leviatán, Buenos Aires, 2005. Pág. 115

[5] Juan Bautista Alberdi: Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, ,Plus Ultra, Buenos Aires, 1998 , pág. 83

[6] José Hernandez: Martín Fierro, Editorial Kraft, Buenos Aires, 1969, Pág.121, Versos del 2089 al 2094

[7] José Hernandez: Martín Fierro Editorial Kraft, Buenos Aires, 1969, Pág.122, Versos del 2113 al 2118

[8] Juan Bautista Alberdi: Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, Plus Ultra, Buenos Aires, 1998, , pág. 82

[9] Juan Bautista Alberdi: Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, Páginas Explicativas. Tomado de https://es.wikisource.org/wiki/Bases:P%C3%A1ginas_explicativas_de_Juan_B._Alberdi

[10] Doctrina fundada por el médico vienés Franz Joseph Gall a fines del siglo XVIII, la cual estipulaba que la forma del cráneo determinaba los rasgos morales e intelectuales de las personas.

[11] Juan Bautista Alberdi: Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, ,Plus Ultra, Buenos Aires, 1998 , pág. 84

[12] Juan Bautista Alberdi: Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, ,Plus Ultra, Buenos Aires, 1998, pág. 87

[13] Eugenio Modesto de las Mercedes Cambaceres Alais,  Buenos Aires 1843- París 1888. Político y escritor. Presentó ante la cámara de diputados un proyecto de separación de Iglesia y Estado lo que provoco gran escándalo. Autor de “En la sangre” y “Sin Rumbo”

[14] Domingo Faustino Sarmiento, Obras de D. F. Sarmiento, Imprenta, Litografía y encuadernación Borzone, Buenos Aires, 1903, Tomo 34, Pág. 6

[15] Domingo Faustino Sarmiento, Obras de D. F. Sarmiento, Imprenta, Litografía y encuadernación Borzone, Buenos Aires, 1903. Tomo 38, Pág. 415

[16] Domingo Faustino Sarmiento, Obras de D. F. Sarmiento , Imprenta Litografía y encuadernación Borzone, Buenos Aires, 1903, Tomo 34, Pág. 6

[17] Sáenz Peña Roque, Derecho público americano. Escritos y discursos, Buenos Aires, Talleres Gráficos de la Presidencia Nacional, 1905 en http://www.elhistoriador.com.ar/documentos/republica_liberal/el_antiimperialismo_coyuntural_de_roque_saenz_pena_america_para_gran_bretana.php

[18] Sáenz Peña Roque, Derecho público americano. Escritos y discursos, Buenos Aires, Talleres Gráficos de la Presidencia Nacional, 1905 en http://www.elhistoriador.com.ar/documentos/republica_liberal/el_antiimperialismo_coyuntural_de_roque_saenz_pena_america_para_gran_bretana.php

[19] Sáenz Peña Roque, Derecho público americano. Escritos y discursos, Buenos Aires, Talleres Gráficos de la Presidencia Nacional, 1905 en http://www.elhistoriador.com.ar/documentos/republica_liberal/el_antiimperialismo_coyuntural_de_roque_saenz_pena_america_para_gran_bretana.php

[20] The Forestal Land, Timber and Railways  Company Limited, compañía inglesa radicada en el litoral argentino. Con sus casi 2.000.000 de hectáreas llegó a constituir un estado dentro del estado, con casi 40 pueblos, puertos, vías férreas,  moneda y policía propia.

[21] The Argentine Southern Land Company Limited era una compañía inglesa de tierras establecida en la Patagonia argentina y que llegó a poseer 580.000 hectáreas en las provincias de Neuquén, Rio Negro, Chubut y Santa Cruz.

[23] INADI: Mapa de la Discriminación 2013, http://inadi.gob.ar/wp-content/uploads/2014/01/mapa-de-la-discriminacion-201312.pdf, Pág. 91

 

BIBLIOGRAFÍA

 

  1. Domingo Faustino Sarmiento, Facundo, Planeta DeAgostini, España, 2000
  2. Domingo Faustino Sarmiento, Argirópolis, Leviatán, Buenos Aires, 2005
  3. Domingo Faustino Sarmiento, Obras de D. F. Sarmiento, Imprenta, Litografía y encuadernación Borzone, Buenos Aires, 1903,
  4. INADI: Mapa de la Discriminación 2013, http://inadi.gob.ar/wp-content/uploads/2014/01/mapa-de-la-discriminacion-201312.pdf
  5. José Hernandez: Martín Fierro, Editorial Kraft, Buenos Aires, 1969
  6. Juan Bautista Alberdi: Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, Plus Ultra, Buenos Aires, 1998

 

 

 

Ariadna Tucma Revista Latinoamericana. Nº 10. Marzo 2015 – Febrero 2016. Volumen I

 

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